Puede que soñemos más con un Mac modular, pero una patente que ha surgido recientemente nos aconseja que cambiemos de punto de ista. La modularidad podría llegar al Apple Watch, y concretamente gracias a su correa de eslabones. Ésta podría dejar de ser una simple correa y tener componentes electrónicos.
¿Qué componentes? Pues baterías, células fotovoltaicas, cámaras, sensores tápticos, altavoces, sensores para medir nuestras constantes vitales, termómetros... cada pieza se uniría a la otra mediante materiales conductores y ampliarían las características originales del reloj.
Independiente, personalizable y duradero
Las ventajas serían varias. El usuario podría personalizar la experiencia su Apple Watch: si quieres que su batería dure una semana entera, que todas las piezas de su correa sean baterías. Si quieres convertirla en un dispositivo de salud, que cada pieza sea un sensor que mida alguna de tus constantes vitales. El concepto incluso podría hacer que el Apple Watch dejase de depender del iPhone, sólo hay que pensar en módulos que contengan receptores de WiFi o incluso ranuras para tarjetas SIM.
También beneficiaría la longevidad del accesorio, ya que bastaría con cambiar las piezas de la correa de eslabones para modernizar el Apple Watch progresivamente. No es algo que a Apple le guste hacer, pero la patente que tenemos entre manos demuestra que un interés mínimo ha habido.
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