Desde la presentación de septiembre, sabíamos que el precio de salida del Apple Watch sería de 349 dólares. Todo el mundo dedujo que ese sería el precio de la colección deportiva y que las otras dos serían más caras. Lo que no sabíamos era el precio que alcanzarían.
La semana pasada salimos de dudas y hubo mucha gente que se sorprendió a pesar de que llevábamos meses escuchando que los precios serían altos. En el caso de la colección de oro, el Apple Watch Edition, podíamos intuir que sería altísimo. Del tipo que hace estallar cabezas. Y así ha sido.
En seguida hemos empezado a escuchar voces que afirman que este reloj es un absurdo. En concreto, hay quien dice que este reloj es perfecto para idiotas. Quien pronuncia estas palabras no es otro que Kevin Rose, un joven millonario que vendió la startup Digg y tiene unos 60 millones de dólares en el bolsillo. Su argumento es el siguiente:
En defensa del Apple Watch Edition
Para que Apple triunfe con el Watch Edition necesitaría ofrecernos más, técnicamente. Digamos, un sensor extra o una resolución de pantalla superior que todavía tiene que alcanzar un gran volumen de producción para llegar al resto de colecciones. El aficionado a la tecnología podría ver la razón de ser de estas características como una justificación de una compra extravagante. Después de todo, es la alta tecnología lo que justificaba el MacBook retina en un principio.
Rose no podría estar más equivocado. Pero para darnos cuenta de su error, hay que dar unos cuantos pasos atrás y ver la imagen panorámica de lo que está ocurriendo. Apple no está vendiendo un dispositivo tecnológico. Apple no vende productos tecnológicos. Siempre ha vendido un estilo de vida en forma de tecnología, no al revés.
No hay más que fijarse en el iPod, eran 1.000 canciones en tu bolsillo. Música sin parar. Los cascos blancos eran su seña de identidad que constituía una declaración de nuestra personalidad cuando íbamos por la calle. Con el resto de productos de la manzana mordida ocurre lo mismo y ahora el Apple Watch va a ahondar en eso aún más.
El esfuerzo por ser diferente
¿Resulta esto tan extraño? Hay otros productos que defienden un estilo de vida. Un Pontiac Firebird del 71 probablemente no tenga asientos calefactados ni aire acondicionado. Puede que incluso los elevalunas no sean eléctricos. Todas ellas son características que lo hacen peor al modelo actual y, sin embargo, hay gente que paga auténticas fortunas por hacerse con uno. ¿Por qué lo hacen?
Nike no vende deportivas, vende un estilo de vida centrado en la salud, el estar en forma y el deporte. Muji es una compañía que vende menaje del hogar pero también lo hace desde la perspectiva del estilo de vida. Más ejemplos: los coches Tesla, auriculares Beats, el restaurante El Bulli, la revista Sports Illustrated y Hugo Boss. Todas venden una manera de entender la vida en sus respectivos campos. Todas venden una experiencia diferente a lo que hay ahí fuera. Diferenciación que viene acompañada de un precio.
El ser humano siempre aspira a tener nuevas experiencias de vida únicas. Hacer cosas diferentes de las que hace el resto de personas. Vivir al máximo, ya sea a través de un coche deportivo, hacer paracaidismo, dormir en un pequeño hotel en una montaña nevada o disfrutar de un buen traje. Esas cosas se notan y también se pagan.
El Apple Watch Edition está pensado para ese tipo de público que quiere tener algo único, no para el friki de la tecnología obsesionado con potencia y memoria. Hay personas que hacen un gran esfuerzo por ser diferentes y para ello están dispuestas a pagar lo que sea por conseguirlo. No hay muchas, pero están ahí.
Apple Watch Edition, un estilo de vida
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El hecho de que sea de un oro especial y no tenga ninguna otra característica técnica que lo haga diferente es bueno tanto para su público objetivo (atraído por la exclusividad) como para el del resto de colecciones (no hay nada que lo diferencie del Sport o la colección de acero, salvo el material). El reloj que se podría comprar el propio Rose hace lo mismo que el que se puede comprar cualquier persona.
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Rose es un multimillonario que ya ha dado muestras de excentricidades. Es un coleccionista de relojes mecánicos y según sus palabras, estaría dispuesto a pagar unos 500 o 1.000 dólares más por un Apple Watch bañado en oro, en vez de macizo. Bañar un reloj en oro puede costar unos 50 euros, ¿y está dispuesto a pagar 500 o 1.000 dólares de más por uno hecho por Apple? ¿Pero todo esto del precio no era algo absurdo? ¿En qué quedamos?
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El precio del Apple Watch de oro es algo relativo. Para un millonario, gastarse 10.000 o 17.000 dólares en un reloj es una gota de agua en un océano. Sin embargo, para el resto de personas el Apple Watch Sport o el de acero suponen una parte mucho más significativa de sus ingresos a pesar de tener un precio mucho menor.
Pero no hace falta irse a los extremos del lujo para entender la razón de ser del Apple Watch Edition. Todo el mundo, en algún momento de sus vidas ha pagado una cantidad superior por tener una experiencia mejor, única o exclusiva. Pagar por ver una película en las butacas VIP de un cine; comer en la terraza de un restaurante un día soleado; jugar a la edición coleccionista de tu último videojuego favorito.
Si fuera por tipos como Rose, todos vestiríamos igual, conduciríamos los mismos coches y comeríamos en los mismos restaurantes. ¡Qué mundo más aburrido!
Personalmente, el Apple Watch Edition no me gusta. Pero entiendo perfectamente a la gente que pueda gustarle y se compre uno, pueden hacer lo que quieran con su dinero. Hay tres colecciones con decenas de modelos diferentes y un rango de precios muy amplio. Por eso, el reloj de Apple es un producto para todos los públicos ahora más que ningún otro. Y la colección Edition lo hace posible.
En Applesfera | Los accesorios del Apple Watch.
Imagen | Sam Agnew.
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