Dentro de un par de meses se cumplirán tres años de la presentación inicial del Apple Watch. Tres años en los que ha sucedido todo tipo de cosas. Algunas entraban dentro de lo predecible y otras que han sorprendido a muchos. Lo que es innegable es que el reloj de Apple se ha convertido en una fuerza imparable dentro de los relojes inteligentes.
Aún no sabemos oficialmente cuántas unidades e ingresos genera en cada trimestre, aunque aquí puntualizaría dos cosas: primero, creo muy probable que Apple agrupe las ventas de todos sus wearables y servicios relacionados en un mismo segmento (Apple Watch, AirPods, Apple Music y, ¿gafas de realidad aumentada?); segundo, Apple es la compañía más transparente en términos financieros que conozco, de modo que tiene cierto crédito a la hora de no querer divulgar sus cifras por razones competitivas.
Como consecuencia de las actualizaciones de software y revisiones de hardware, el Apple Watch está absorbiendo todo el oxígeno de la sala. Y al hacer esto, está ahogando a sus competidores, que caen uno por uno. Demos un paseo por la sala de trofeos del Apple Watch.
Nike, contigo empezó todo
Para quienes necesiten refrescarse la memoria, Nike fue una de las primeras compañías en comercializar pulseras de monitorización física. Conocidas bajo el nombre de Fuelband, Nike complementaba los sensores con una app que guardaba un registro. Además, creó un sistema de puntos (llamado "Fuel" o combustible) para animar a sus usuarios a ser más competitivos, dándole un toque social a las pulseras.
Tras un éxito inicial relativo, comenzamos a recibir noticas de fichajes de personal clave por parte de Apple entre 2013 y 2014. Entre ellos, Jay Blahnik, actual responsable de investigaciones de salud de Apple, Ben Shaffer, persona clave de las Fuelband y otros dos ingenieros del equipo de Nike. Todo ello ocurrió un año antes de que Apple presentara su entonces llamado iWatch. A mediados de 2014, Nike cancelaba todo desarrollo de su pulsera cuantificadora.
El golpe de gracia vino en febrero de 2015 a un par de meses del lanzamiento del Watch, cuando Nike dejaba de requerir una pulsera para utilizar su app de monitorización. Nike acabó abandonando el negocio por completo y despidió a su plantilla. Chris Satchell, ejecutivo de la compañía, declaró lo siguiente:
No continuamos porque pensamos que para hacerlo necesitaríamos convertirnos en una compañía de electrónica de consumo.
¿Qué fue lo que sucedió? Es evidente que Nike prefirió tirar la toalla antes que enzarzarse en una guerra que amenazaba con desangrar a los implicados. Los rumores sobre el interés de Apple en los wearables llevaban años atronando nuestros oídos, por lo que la compañía realizó una retirada estratégica. Más importante que ganar una batalla es saber elegir en cuál te metes.
Para Nike, esta batalla era una en la que sus posibilidades eran reducidas.
Pebble, Jawbone, Fitbit y Android Wear se quedan sin oxígeno
Al menos, Nike abandonó la lucha a tiempo. Pero hubo otros como Pebble, Jawbone y Fitbit que han seguido combatiendo en el mercado sin éxito. El pionero de los relojes inteligentes nacido de una campaña de Kickstarter no consiguió convencer a suficientes usuarios para adquirir las nuevas propuestas. A finales de 2016, se malvendía a Fitbit por 40 millones de dólares tras haber rechazado una del fabricante de relojes Citizen por 700 millones.
Fitbit anunció el fin del soporte de los relojes de Pebble ya que el personal de desarrollo pasaría a formar parte del equipo de un nuevo reloj inteligente, diferente del Blaze. Fitbit tuvo bastante éxito en sus comienzos como fabricante de pulseras de actividad de calidad, unidas a una app que redondeaba la propuesta. Aunque ahora está pasando por un mal momento, con continuos retrasos en el lanzamiento de su smartwatch.
A ambas compañías se les ha unido Jawbone, otro pionero de los wearables. Este fabricante de pulseras de actividad y altavoces portátiles va a anunciar la liquidación de sus activos de forma inminente, según The Information. Todas ellas tienen en común el carecer de una plataforma propia con suficiente fuerza, aunque esto tampoco es garantía de éxito.
Varios fabricantes de la plataforma de wearables de Google, Android Wear, anunciaron hace unos meses que no veían motivos para seguir invirtiendo en ella. Se han retirado de la venta modelos tan populares en los medios como el Moto 360. Incluso Samsung ha decidido que es mejor probar suerte por su cuenta con Tizen y ha abandonado Android Wear.
El propio desarrollo de la plataforma ha bajado su ritmo. Android Wear 2.0 estaba previsto para 2016 y fue pospuesto hasta principios de 2017. Lo cual es un reflejo de la poca tracción que tiene en el mercado.
Mientras los competidores del Apple Watch luchan por su supervivencia, el reloj de la manzana sigue lanzando nuevos modelos y actualizaciones de software. Entre las más destacadas, la integración con equipamientos de gimnasio, que se une a Apple Pay y el desbloqueo del Mac, entre otras. En septiembre, Apple desvelará nuevos modelos acompañados de watchOS 4, que consumirán de nuevo un poco más de oxígeno en la sala.
En Applesfera | Todas las novedades de watchOS 4 en la WWDC17.
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