A estas alturas, cualquier seguidor de Apple sabe que un dispositivo nuevo termina pasando por la mesa de operaciones del Dr. iFixit. La conocida página de guías de reparaciones y kits de herramientas se ha hecho con un Apple Watch Series 3 con LTE y lo ha desarmado, al igual que le ocurrió al iPhone 8 unos días atrás. Veamos qué ha hecho Apple con su smartwatch esta generación.
Una nueva generación con cambios mínimos
El Apple Watch Series 3 con LTE, desde el punto de vista del hardware, parece una evolución ligera. Al menos, esa es la sensación que le queda a uno después de leer el diagnóstico de iFixit. Empezando desde el exterior hacia el interior, los cambios no son demasiados.
La pantalla del nuevo reloj es idéntica a la del Series 2, o lo que es lo mismo, un panel OLED de 290 o 302 de densidad dependiendo del modelo y los 1.000 nits de brillo. La resistencia al agua se mantiene en los 50 metros de profundidad, tras los cuales deberemos expulsar el agua que se introduce en el altavoz mediante la pulsación de un botón.
Donde comienzan las mejoras es en las comunicaciones. Al levantar la pantalla, nos encontramos con la antena UMTS / LTE que Apple confirmó en la keynote. Colocada alrededor del marco de la pantalla, la compañía consigue evitar la redistribución de componentes internos así como la pérdida del tan cotizado espacio dentro de este dispositivo.
La conexión bluetooth pasa del 4.0 a los 4.2, lo cual es una mejora pequeña pero bienvenida. Por supuesto, el system in a chip llamado S3 es una evolución aún más eficiente del predecesor. Gracias a esta mejora, el sistema se muestra más rápido, fluido y por primera vez podremos escuchar a Siri hablarnos desde la muñeca.
Todo esto está muy bien. Sin embargo, el verdadero cambio de esta generación está en que Apple ha conseguido añadir conexión LTE sin tener que aumentar el peso o dimensiones del dispositivo.
Conectividad LTE en un dispositivo (casi) idéntico
Poco antes de la presentación del Apple Watch Series 3 con LTE, estuvimos hablando acerca del reto de introducir conectividad celular. Los aspectos que destacábamos como críticos eran la autonomía, grosor, peso y calor. Sobre la primera, sabemos por iFixit que la batería se ha incrementado un 4% con respecto al Series 2, o un 32% si lo comparamos con el Watch original.
De modo que no solo no se ha reducido sino que Apple ha sido capaz de aumentarla ligeramente, al mismo tiempo que asegura un uso mixto de 14 horas sin LTE y otras 4 con LTE diario. En cuanto al grosor, el Series 3 mantiene el grosor salvo por el ligero crecimiento del sensor cardíaco en la parte posterior del reloj. Según dijo Jeff Williams durante la presentación, este aumento suponía dos hojas de papel de grosor adicional.
¿Qué hay del peso? Mirando la página de especificaciones de Apple, el Series 3 sin LTE de 42mm pesa 32,3 gramos, comparado con los 34,9 gramos que pesa el modelo con radio LTE. Es decir, 2,6 gramos o un 8% del peso total del dispositivo. El peso es especialmente llamativo si tenemos en cuenta que el Samsung Gear S3 Classic con conexión LTE pesa 57 gramos, también sin correa.
No hace falta ser ingeniero para ver que lo que ha hecho aquí Apple es un hito importante. La compañía ha añadido una radio LTE al Apple Watch sin añadirle grosor ni apenas peso al dispositivo. Lo cual son dos puntos esenciales en el diseño de un wearable. Pero tal vez más impresionante aún es el hecho de que tanto el modelo de 38mm como el de 42mm cuentan con esta conexión.
Es decir, que Apple no ha reservado la conectividad celular al modelo de mayor tamaño. Eso hubiera sido lo fácil. Sigo pensando que uno de sus grandes aciertos es tener un modelo de menor tamaño, adaptado a quienes tienen muñecas más pequeñas o simplemente quieren un reloj más contenido.
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