El Apple Watch Edition se ha convertido con rapidez en uno de los productos de Apple más polémicos de los últimos tiempos. Para muchos, que una compañía tecnológica quiera comercializar un producto de miles de dólares simplemente por el hecho de utilizar el oro como material diferenciador es una aberración. Un insulto a sus clientes.
Lo cierto es que con la colección Edition, Apple ha entrado en un territorio nuevo que aúna lujo con alta tecnología. El lujo es un mercado muy diferente al que estamos acostumbrados los clientes a los que la compañía de Cupertino ha estado sirviendo productos hasta ahora. Se mueve por reglas muy distintas.
Creo que la verdadera razón por la que Apple ha querido hacer un Apple Watch de oro es porque no quería dejar a ningún cliente fuera de su alcance. Si reflexionamos, cada una de las tres colecciones están orientadas a un público diferente:
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Apple Watch Sport: la opción más asequible y probablemente la más popular. Especialmente pensada para aquellos a los que llama la atención el reloj inteligente de Apple por ser un cuantificador de actividad física.
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Apple Watch: un reloj para situaciones más formales que la colección Sport. Perfecto para llevar con vestimenta formal, por ejemplo en la oficina y eventos especiales. La posibilidad de cambiar de correas entre las de fluoroelastómero, cuero y acero también le permite usarse en un amplio abanico de ocasiones.
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Apple Watch Edition: para aquellos que sólo conciben llevar algo en la muñeca hecho de oro. Cualquiera que preste atención al mundo de los músicos, actores y demás famosos se habrá dado cuenta de que el oro se ha vuelto a poner de moda entre ellos. Además, el mercado chino lleva años experimentando una auténtica fiebre por los productos de lujo occidentales.
En el mercado tecnológico, estamos acostumbrados a que si pagamos más, recibiremos un producto con capacidades superiores. Más memoria, un chip más potente, mejor pantalla o mayor ligereza. Sin embargo, con el Apple Watch es diferente. Cada reloj hace exactamente lo mismo sea de la colección que sea, diferenciándose sólo por los materiales de los que está hecho: aluminio y cristal o acero, oro y zafiro.
No habrá distinciones entre las funcionalidades de un Apple Watch Sport de 349 dólares y el Apple Watch Edition de 17.000 dólares. Las diferencias se encuentran únicamente en el gusto por los materiales de cada consumidor. Pero hay otro aspecto del precio del wearable más caro de Apple que beneficia al resto de colecciones y que no se ha mencionado hasta ahora.
La "subvención" de productos menos rentables
Las primeras estimaciones de venta durante el fin de semana del 10 de abril afirmaban que en EEUU se habían realizado unas 957.000. Otros analistas estiman que fueron unos 3 millones de unidades en todos los países de esta primera oleada. El desglose de unidades por colección sería el siguiente:
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Apple Watch Sport: 1,8 millones de unidades, 59%.
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Apple Watch: 1,2 millones de unidades, un 40%.
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Apple Watch Edition: 40.000 unidades, un 1%.
Si unimos estos datos al precio medio de venta, podemos obtener una aproximación de la facturación de esta primera oleada de unidades en la siguiente tabla:
Colección | Unidades vendidas | Precio medio | Facturación total |
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Apple Watch Sport | 1.800.000 | 375 dólares | 675 millones de dólares |
Apple Watch | 1.300.000 | 825 dólares | 990 millones de dólares |
Apple Watch Edition | 40.000 | 13.500 dólares | 540 millones de dólares |
Ahora bien, cuando una compañía presenta una categoría nueva, tienen que compensar la inversión realizada durante años en I+D. Además del riesgo asumido por su desarrollo y el coste de oportunidad asociado. Resumiendo, trasladan ese riesgo al consumidor vía precio, con la intención de además hacer negocio.
Apple tiene unos márgenes muy superiores a los de cualquier compañía de tecnología de consumo actual, pues sus productos están posicionados en la parte alta de cada categoría en la que compite. Pero esta vez han querido que sus productos lleguen a una parte sustancial del mercado, tanto por arriba como por abajo.
Aunque no lo sabremos hasta que veamos datos oficiales de ventas sobre el Apple Watch (los cuales ya han dicho que no van a proporcionar por el momento), es muy probable que la colección Sport tenga un margen inferior al que está acostumbrada la compañía (alrededor de un 30% bruto).
Apple estaría utilizando las relativamente escasas ventas del Edition y su generoso margen para "subvencionar" en la contabilidad interna un producto con el otro. En otras palabras, de no ser por la colección Edition, el Apple Watch Sport sería (aún) más caro.
Esto es una práctica que llevan a cabo multitud de empresas en algún momento, en mayor o menor grado. Google ofrece servicios gratuitos a los usuarios que compensa con las ventas de publicidad; Amazon juega con márgenes bajísimos pero moviendo grandes volúmenes de productos; Samsung tiene márgenes menores que los de Apple que intenta mitigar también con volúmenes muy altos de ventas.
Resulta interesante ver el desenlace final de la estrategia de precios del Apple Watch. Por todo esto, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Cuánto hubiera costado el Apple Watch de haber sólo una colección? ¿Cuántas unidades se habrían vendido en ese primer fin de semana? ¿Qué hubiera pasado en el largo plazo con su adopción?
En Applesfera | En defensa del Apple Watch Edition.
Imágenes | Shinya Suzuki.
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