Apple Watch Series 3 (sin LTE), análisis: la generación del equilibrio

En los últimos años, yo diría que incluso desde la aparición del iPod en 2001, Apple comenzó una progresiva exploración de una gama de productos que hasta ese momento, estaban fuera de su ámbito - los productos que expanden su alcance más allá del escritorio tradicional - los dispositivos “móviles”. No hablamos necesariamente de telefonía, como digo el iPod en su salida fue algo fuera de la trayectoria habitual de la compañía - aunque a su éxito debemos agradecer que Apple apostara más tarde por el iPhone y el iPad.

Steve Jobs no era muy favorable a los dispositivos móviles - prueba de ello fue la cancelación fulminante del Newton cuando volvió a la compañía a finales de los noventa - porque entendía que la tecnología apropiada para conseguir una experiencia de usuario satisfactoria no había llegado aún. Esas declaraciones sintonizan mucho con las que recientemente hizo Tim Cook sobre las gafas dedicadas de Realidad Aumentada - todavía faltaba la tecnología. El nacimiento del iPhone se producto cuando toda la convergencia tecnológica estaba lista para crear algo distinto al resto. Para el resto de nosotros.

El iPod evolucionó. Es interesante hablar de esto también: la tecnología llegó y los usos del producto cambiaron debido a cómo los estaban utilizando los clientes. Tener tal cantidad de canciones que se podían sincronizar con el ordenador lo hacía perfecto para salir a la calle, pero también para hacer deporte. Sin embargo, el dispositivo debía ser más pequeño, más ligero: llegaron los iPod nano, y los iPod shuffle, los primeros dispositivos wereables de Apple. El primer contacto con tecnología vestible de la compañía y un primer rumbo para los próximos pasos: la llegada del primer Apple Watch, y los últimos movimientos de una tecnología que está definiendo sus usos a medida que transcurre su generación. Con la llegada de este nuevo Apple Watch Series 3, el reloj de Apple llega a su madurez tecnológica.

Apple Watch Series 3, pero sin LTE de momento en España

Esta generación el reloj inteligente de Apple se lanzó al mercado con una prestación diferenciadora: la inclusión de una SIM virtual dentro del propio hardware que permite su conexión a la red incluso sin tener el iPhone cerca. Este nivel de independencia otorga una característica interesantísima no sólo al reloj, también al ecosistema entero, al contar con este Apple Watch como una ventana más al mundo digital que ahora cuenta con una especialización en un nuevo canal y ofrece al usuario de nuevas posibilidades, en nuevos sitios.

En España sin embargo, aún no tendremos disponible este nuevo modelo de Apple Watch Series 3 con LTE - no hay disponibilidad aún de las operadoras dentro de los planes de datos - por lo que tendremos que esperar para comprar este nuevo modelo. Esto también altera en cierta forma el diseño con el que cuenta el reloj - que por fuera es idéntico a la generación anterior en tamaño, peso y forma - pero no tendremos el característico “punto rojo” en la corona digital que marca la conectividad de red. El Series 3 también deja sin disponibilidad de los modelos de acero que son los únicos que se venden con LTE, siendo los de caja de aluminio los que de momento podemos adquirir (ni siquiera en el Series 1, cuya puesta al día ha dejado sólo los modelos de aluminio a la venta).

Siri seguirá estando disponible en el Apple Watch Series 3 siempre que tengamos el iPhone cerca porque como sabéis necesita de conectividad a Internet - pero funcionará exactamente igual a como vimos en la keynote en el modelo LTE: tendremos las respuestas habladas tal desde el reloj que aprovecha al máximo la mejora en el altavoz y el micrófono del nuevo dispositivo. Todo el hardware, a mismo nivel de potencia y características está presente en este Series 3 sin LTE - pero sin conectividad cuando lo alejamos del iPhone.

Las diferencias del Apple Watch Series 3 con el Series 2

Una de las preguntas más repetidas en esta generación tan distinta, es qué diferencias cuenta respecto al modelo anterior, el Apple Watch Series 2. Como ya he comentado, ninguna a nivel físico más allá de la disponibilidad de los modelos de acero (por supuesto todas las correas y accesorios serán compatibles), pero a nivel de hardware sí que hay cambios: el primero de ellos, y más notable, el nuevo procesador Apple S3, el chip que cuenta con toda la arquitectura del hardware.

En el día a día, la interfaz mejora - notando como los desplazamientos entre menús, el nuevo dock en formato de tarjetas y la navegación general - es más rápido y con una respuesta instantánea a la interfaz táctil. El tiempo de carga de aplicaciones mejora quizá por el aumento en la memoria RAM de esta generación, que pasa de 512 a 768 MB. La velocidad del nuevo procesador S3 no ha sido dado a conocer por Apple, pero en la generación anterior estaba situado en 780 Mhz (Dual-Core) y ahora según la compañía es un 70% más rápido (y sigue siendo Dual-Core). Visto el conjunto, el producto es más redondo en términos de usabilidad y en experiencia de usuario en el día a día - sin duda potenciada por watchOS 4.0, que también aporta madurez en cómo utilizamos el reloj (aunque me sigue faltando una tienda de “esferas” para que los desarrolladores nos sorprendan).

Uno de los cambios menos publicitados - aunque sí comentados en la keynote - es la inclusión de una nueva generación del chip inalámbrico, el Apple W2. Este chip es responsable de la conectividad entre dispositivos, facilitando la visibilidad entre ellos y mejorando incluso las comunicaciones Wi-Fi. En el Series 3 es más evidente por ejemplo la inmediatez con la que los AirPods o un PowerBeats3 se conectan al instante con el reloj sin errores o tiempos de espera. Como digo, watchOS también mejora esta impresión ya que es más sencillo elegir (o que se elija automáticamente) los auriculares que queremos utilizar.

El chip W2 no sólo mejora el descubrimiento entre dispositivos, también optimiza el rendimiento energético y dota de más autonomía al reloj. En el Series 3, se ha mejorado ligeramente el uso de la batería - de nuevo la combinación entre watchOS y hardware - basándose sobre todo en optimizaciones del sistema operativo que exprimen hasta el último mAh de las baterías. Con este nuevo modelo, he llegado casi a los tres días con una sola carga, algo impensable hace sólo un par de años en otras generaciones.

Otro de los cambios poco anunciados es la actualización de la norma Bluetooth hasta la 4.2, indispensable para conectarse por ejemplo a Internet sin tener que vincularse antes a una antena Bluetooth. También mejora la seguridad del dispositivo, haciendo que no pueda ser rastreado sin la autorización del usuario. No aporta la mejora en tasa de transferencia y rango de alcance de la última norma 5.0, pero quizás en un dispositivo como el Apple Watch no sería tan necesario como para merecer el incremento en precio por incorporarlo - al menos de momento.

La memoria interna se mantiene en 8GB (16GB en el modelo con LTE), para música la limitación es de 2GB aunque con watchOS podemos por fin sincronizar varias listas de Apple Music - con una mejora más que evidente en la sincronización con el iPhone, posiblemente debido a la incorporación del chip W2 y a los cambios en el sistema operativo. El altímetro barométrico es el nuevo sensor que incorpora este Series 3, y que nos permitirá añadir la altitud a nuestros entrenamientos para un seguimiento y control más preciso - pero de momento la única aplicación que lo utiliza es la propia app de Entreno de Apple.

Una generación madura en hardware y software

Sin la disponibilidad del modelo LTE, no podemos calibrar las ventajas de llevar un dispositivo prácticamente autónomo del iPhone - aunque el hardware es el mismo en ambas versiones a nivel de funcionamiento y operativa. La mejora en el altavoz y en el micrófono de esta generación permite mantener conversaciones de forma cómoda “desde la muñeca” sin necesidad de llevarnos el reloj cerca de la boca - siempre que no estemos en ambientes con mucho ruido. Muy útil en situaciones en que no estamos tan cerca del móvil como para contestar y queremos tener una conversación rápida con alguien.

Si ya tenéis un Apple Watch Series 2, las mejoras en el hardware propiamente dichas de este generación no marcan tanta diferencia con ese modelo - también ayudado por las posibilidades que aporta watchOS 4 y que ambas CPUs - la S2 y la S3 - son ya lo suficientemente potentes como para mover y gestionar la experiencia de uso en el día a día. Si tenéis un Series 1 o un modelo original, sin duda la actualización está más justificada ya que la mejora en respuesta de la interfaz, posibilidades de hacer deportes acuáticos con él, mejoras en la pantalla (OLED con 1000 nits en Series 2 y Series 3) y demás funcionalidades que comparten ambas generaciones aportan un gran cambio al producto.

Quizás aún no sea el dispositivo imprescindible tal y como contamos hoy con el iPhone - aunque en su día él mismo tampoco lo fue, conviene no olvidarlo - pero el día a día con un Apple Watch nos hace mucho más fáciles ciertas conexiones con nuestro mundo digital que nos hacen menos consumidores del teléfono y más selectivos con lo que queremos ver en él - gracias a las previsualización de notificaciones y apps en la muñeca. Y sin duda, para todos los que hacemos deporte, un Apple Watch con música, GPS y apps es algo que se agradece no sólo como monitor de información, también como ayuda a la hora de practicar cada entrenamiento. Sin duda, algo que define esta generación de Series 3 es el término madurez - y no sólo del Apple Watch en sí, también de cómo lo podemos utilizar los usuarios gracias a la cohesión entre software y hardware.

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