Reconozco que llegué al Apple Watch de puntillas y sin convicción, pero no transcurrió mucho tiempo hasta que se hizo imprescindible en mi día a día. Considero que es algo realmente meritorio teniendo en cuenta que se trata de la primera versión del dispositivo, con todo lo que ello acarrea, y desde luego parece que el mercado está respondiendo con entusiasmo a esta primera incursión de Apple en el segmento de los wearables.
Ahora bien, con la perspectiva que da el uso a fondo del reloj, reconozco fácilmente los puntos débiles del dispositivo y dónde tienen los de Cupertino un gran margen de mejora. Han sido diversos los rumores que apuntan a una serie de novedades en el presunto nuevo modelo, pero desde mi perspectiva, así sería el Apple Watch perfecto:
- Sumergible: no hay medias tintas, que Apple Watch sea sólo 'resistente a salpicaduras', de forma oficial, en el uso diario supone un inconveniente añadido. Es cierto que tampoco pasa nada por quitárselo con cada baño o ducha, pero es algo que ya hay que tener en mente, y lo sensacional era olvidarse del asunto, como en mi etapa con el Pebble Time.
- Más rápido: Si tienes un Apple Watch sabrás que las aplicaciones de terceros tardan una eternidad en ejecutarse. Esto se mejoró un poco con la actualización del firmware, pero al final si para ejecutar Instagram desde el reloj se tarda el triple que desde el iPhone, la tendencia natural será a ir al móvil en lugar del reloj. Un punto menos para este último.
- Más resistente: Sí, hemos visto vídeos que le ponen a uno los pelos como púas acerca de la resistencia del Apple Watch, pero al final, el que lo lleva en la muñeca siempre tiene la sensación de llevar un dispositivo frágil, y buena parte de culpa reside en el propio diseño del equipo, con una pantalla acristalada que cubre toda su superficie y bordes. Salvando las distancias, su diseño en lo tocante a la resistencia recuerda a lo sucedido con el iPhone 4.
- Más capaz: Si hay algo que realmente resulte frustrante en un producto tan bien terminado es la existencia de limitaciones en sus funciones. Por ejemplo, Siri no puede añadir contenido a una lista específica en Recordatorios, o bien tampoco puede acceder a funciones básicas del iPhone. El "lo siento, no puedo hacer eso", lo vemos con demasiada frecuencia, y es una lástima porque Siri funciona realmente bien en el dispositivo.
- Volumen más alto: Quién lo iba a decir, pero al final se termina por usar muchísimo más la posibilidad de atender y efectuar llamadas desde el reloj de lo que uno hubiera imaginado en un principio. Lo que sucede es que a medida que se usa se empieza a encontrar una limitación en el volumen del audio que impide que pueda usarse con garantías en el exterior en muchas ocasiones.
Lo que no se echa en falta
Han sido muchas las voces críticas acerca de la duración de la batería del reloj de los de Cupertino, pero lo cierto es que conociendo su rendimiento, eso no supone un problema para el grueso de los usuarios, y así lo certifican las encuestas de satisfacción realizadas hasta la fecha. También Apple Watch ha sido criticado por su diseño, en especial con la proliferación de smartwatches de esfera redonda, pero esto tampoco parece resultar conflictivo para el grueso de los usuarios, que lo lleva con gusto en sus muñecas, e incluso satisface al consumidor más exquisito.
En lo que respecta a las funcionalidades, es cierto que el dispositivo cuenta con un amplio margen de mejora, y sin duda la previsible incorporación de FaceTime de vídeo será un potente revulsivo para el potencial de uso del dispositivo, pero la realidad es que lo fundamental en un equipo de estas características, lo desempeña muy bien. Aunque conociendo a Apple tampoco debería sorprendernos si sacan de la chistera una nueva función del equipo que esté fuera de todos los radares...
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