Acompañando al anuncio de los nuevos Broadwell Quad-core, Intel ha presentado también el siguiente paso en la tecnología de entrada/salida Thunderbolt. Su primera versión fue introducida comercialmente por primera vez en el MacBook Pro de 2011 utilizando el conector Mini DisplayPort. Dos años después, en 2013, Apple volvió a ser el primero en lanzar un equipo con Thunderbolt 2, que aumentaba la velocidad de transferencia desde los 10 Gbps originales al doble, 20 Gbps.
Los Mac Pro, MacBook Pro, Macbook Air, Mac mini y iMac con pantalla Retina 5K que se venden en la actualidad incluyen este puerto, pero el lanzamiento del nuevo MacBook en marzo modificó el guión apostando por un nuevo puerto del que apenas habíamos oído hablar y en cuya concepción se dice que Apple tuvo bastante que ver: USB-C, un nuevo conector USB conocido como "Tipo C", totalmente reversible y basado en la especificación USB 3.1.
El USB-C del MacBook permite a través de un solo puerto cargar nuestro portátil, transferir datos a través de USB y conectar dispositivos HDMI, VGA y Mini DisplayPort, pero según hemos sabido hoy, para final de año comenzaremos a ver los primeros equipos (probablemente Macs) que añaden un protocolo más a este versátil conector: Thunderbolt 3, una bestia de 40 Gbps.
Entre las novedades de esta nueva versión encontramos también más opciones de cables, incluyendo por primera vez cables pasivos (más económicos) para transferencias de 20 Gbps y longitudes de hasta 2 metros, junto a cables activos de 40 Gbps de cobre y ópticos. Estos últimos comenzarán a comercializarse en 2016 y permitirán longitudes de hasta 60 metros.
Thunderbolt 3 también duplica el ancho de banda para vídeo, permitiendo encadenar hasta dos pantallas 4K a 60Hz o una pantalla 5K, también a 60 Ghz. Y como la transferencia de energía también es importante para alimentar cualquier tipo de periférico, su potencia aumenta de 10 a 15W, permitiendo de forma opcional la carga de hasta 100W.
En cuanto a compatibilidad, el estándar soporta el protocolos USB 3.1 y, a través de adaptadores, también Thunderbolt 1 y 2, DisplayPort y PCI-Express. Para que os hagáis una idea, podríamos llegar con nuestro portátil, conectar un único cable Thunderbolt 3 y acceder a través de un dock a conexión de red, audio, varias pantallas de alta resolución, discos duros externos y otros accesorios mientras se carga la batería. Como veis, no tendrá rival.
Puestos a buscarle una pega, la decisión de utilizar el conector USB-C implica también cierto grado de confusión en los consumidores, que tendrán que estar muy atentos a qué puede y qué no puede hacer su equipo. Externamente el MacBook lanzado en marzo podría no diferenciarse en absoluto del modelo del año que viene con Thunderbolt 3, y la única pista sobre qué tipo estamos utilizando será el diminuto icono del rayo en el propio cable, que tampoco será indicativo de su velocidad puesto que esta variará en función del protocolo utilizado por cada periférico. Nada preocupante para los profesionales, pero quizás sí para el resto.
En cualquier caso, hay pocas dudas sobre
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