La noche que murió Steve Jobs tenía en mi iPhone más notificaciones, llamadas perdidas y mensajes que nunca. Justo en aquel momento supe que la muerte de un personaje como él iba a ir más allá del mundo de la tecnología: muchos de los avisos que tenía en mi móvil eran de personas o medios que no hablaban de Apple.
Todos los aficionados a la marca tenemos nuestra historia de aquellos días, como cualquier acontecimiento que impacta en nuestras vidas - da igual la escala que sea. Y también ocurrió algo similar a lo largo del mundo aquellos días siguientes, más allá del mundillo: la gente, incluso aquella que no era familiar con todo esto, quería conocer la historia detrás de todo aquello.
Conociendo (partes de) Steve Jobs
Con la llegada de SkyShowtime a España, tenemos la oportunidad de visionar uno de los documentales más polémicos sobre la figura de Jobs que hasta ahora se han rodado. El director, Alex Gibney es un conocido cineasta que ha producido documentales también muy conocidos como “Going Clear” dedicado a la iglesia de la cienciología.
Gibney también ha trabajado en otros proyectos sobre las filtraciones de Wikileaks, el escándalo del ciclista Lance Armstrong y el popular “The Inventor” sobre la el fraude de Elizabeth Holmes como CEO de Theranos, entre muchos ellos. Hace apenas unos días ha anunciado que su próximo documental será nada más y nada menos que sobre Elon Musk. En sus trabajos, como veis siempre trata temas polémicos de actualidad, agradeciéndole la crudeza de las historias pero también criticando el exceso de amarillismo en ocasiones.
Con “Steve Jobs, the man in the machine”, el director nos trae un paseo furtivo por la vida del popular CEO de Apple desde casi su nacimiento hasta su muerte - a través de conversaciones y declaraciones de la gente que trabajó o vivió con él aquellos locos años.
Un Jobs nervioso, un Jobs iluminado
El metraje comienza con Steve Jobs preparándose para una entrevista en la época del Macintosh. Un Jobs inusual ahora: nervioso, torpe, con ganas de irse al baño a vomitar por los nervios del directo. Años después, los escenarios serían su medio natural. Gibney trata de responder a una interesante pregunta con la cinta: “No era Lennon, ni Marin Luther King. ¿Quien era el hombre que había convertido al mundo en un velatorio mundial?”.
Para ello, se trata de deconstruir al mito a sus elementos personales más básicos: en mi opinión, centrándose sólo quizás en la parte más polémica, las confrontaciones, los problemas. Jobs probablemente era un tipo horrible con quien trabajar, pero se habla muy poco en el documental de lo que consiguió en un ambiente hostil, plano y dominado por las grandes corporaciones.
Todo esto se explica en una de las partes más interesantes del documental: las declaraciones de su mentor, un monje llamado Kobun Chino Otogawa, con quien Jobs paseaba y tomaba té a altas horas de la madrugada en Los Altos (California). “Me siendo iluminado para hacer algo grande. Quiero que me hagas monje” - le confesaba el Jobs más ególatra a quizás la persona más humilde de todo el valle.
“Si te consideras tan elevado, tráeme una prueba” - le contestó Kobun. Y Jobs se la trajo: una de las placas madre principales del proyecto Lisa. “Con esto voy a cambiar el mundo”. Es muy curioso conocer estas conversaciones de boca de quienes estuvieron tan cerca de él: lo perfilamos como un loco, excéntrico, pero con él todo parecía posible. Chrisann Brennan, la madre de su primera hija - Lisa - lo califica muy bien en la cinta: “Era seguro y torpe a la vez”.
Viajar al fin del mundo para buscar el alma del producto
Bob Belleville, director de ingeniería en el Macintosh viajó a Japón con el propio Jobs para encontrar inspiración en la belleza del minimalismo japonés y en su forma lógica y sencilla de hacer las formas. A Belleville le cambió la vida el Macintosh: perdió a su mujer y su estilo de vida de la época, pero seguía recordando aquel tiempo con añoranza: “Aquellos tres años fueron tan increíbles, que aprendí como si fueran diez. El caso es que Steve Jobs parecía haber aprendido varios siglos más.”
El documental se queda corto porque en dos horas no busca hablar de Jobs a través de lo que consiguió, sino más bien de sus problemas. Hecho en falta más momentos de la creación del Macintosh, la interacción en el Homebrew club donde luchaba porque la informática llegara a la vida diaria, las batallas por la tecnología que nadie pensaba que sirviera para nada y con la que él acabó construyendo un producto viable.
Comete también el error de comparar Apple con una empresa tradicional y sus procedimientos en plenos años 80. Tampoco se le da voz a su equipo más reciente de los últimos años de su vida, el regy su visión clara y concisa del futuro, el ADN con el que supo impregnar a aquella nueva Apple casi a modo de redención de sus errores pasados y que sigue vigente en la compañía hoy.
El trabajo de Gibney además está pésimamente subtitulado, con frases que a menudo no tienen el menor sentido y nos desconectan de la historia: os aconsejo que os centréis en los comentarios originales en audio aunque no sepáis mucho inglés - se puede entender perfectamente incluso por el contexto.
Aún así, si sois nuevos suscriptores a SkyShowtime, os recomiendo que le deis una oportunidad y alimentéis algo más lo que conocemos - o creemos conocer - de una de las figuras más importantes en el mundo de la tecnología de los últimos años. El documental está muy bien filmado y el hilo argumental cuenta con muy buen soporte audiovisual de la época, si sois aficionados a la tecnología, seguro que agradecéis el paseo por California - y por todo lo que ocurrió allí.
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