Steve Jobs solía decir que si encontrabas algo que realmente te apasionara, nunca tendrías que trabajar. Y es que el genio dejó frases llenas de inspiración para todo el mundo. A través de diferentes métodos de trabajo, Steve Jobs conseguía llegar a todos sus objetivos. Para Jobs la responsabilidad era clave y aunque no todos llegaremos a ser el CEO de Apple, la idea de sentirse satisfecho en el trabajo es fundamental sea cual sea.
En países como Dinamarca, han desarrollado estrategias sencillas que buscan mejorar la experiencia laboral, como la regla de los tres metros. Este método se ha convertido en un pilar para mejorar la satisfacción en el trabajo, tanto que ha elevado los índices de felicidad laboral en todo el país. Además, esta regla de los tres metros es algo que todos podemos aplicar no solo en el trabajo, sino también en casa para una mejor convivencia.
La regla danesa de los tres metros: más colaboración, menos estrés
El concepto de la regla de los tres metros se originó en Dinamarca, donde ha sido clave para elevar los niveles de satisfacción laboral en empresas de todo tipo. Esta regla busca que cada empleado se responsabilice de todo lo que ocurra en un radio de tres metros a su alrededor. La premisa es sencilla: si ves que alguien necesita ayuda, la ofreces; si hay un problema en tu área, lo resuelves. Esto fomenta no solo la colaboración, sino también la autonomía. Y en un país como Dinamarca, donde el 58% de los empleados seguirían trabajando aunque ganaran la lotería, parece que esta estrategia está funcionando.
En casa, aplicar la regla de los tres metros puede ser igual de efectiva. Se trata de estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor y no dejarlo pasar. ¿Hay platos sucios en la cocina? Lávalos. ¿Alguien necesita ayuda con algo? Ofrécete. En lugar de pensar "que lo haga otro", toma la iniciativa.
La involucración de los empleados en los proyectos de Apple: una clave del éxito
En Apple, Steve Jobs siempre fomentó un sentido de responsabilidad directa entre sus empleados, similar a la regla de los tres metros. No se trataba solo de cumplir con tu tarea específica, sino de involucrarse en los proyectos con una visión global. Jobs creía que todos debían sentirse parte del producto final, desde los ingenieros hasta los diseñadores. Esta filosofía permitía a los empleados tomar decisiones dentro de sus “tres metros”, haciendo destacar a cada persona para aportar lo mejor de sí y sentir que sus acciones tenían un impacto real en el resultado final.
La Apple Store: donde cada empleado tiene su zona de influencia
Si hay un lugar en el que la regla de los tres metros se puede ver en acción es en las Apple Store. Steve Jobs diseñó estas tiendas como centros de experiencia para los usuarios y los empleados son clave en ello. Cada trabajador no solo tiene la tarea de vender, sino de anticiparse a las necesidades de los clientes que estén dentro de su “zona de influencia”. Si un cliente se ve perdido o tiene una pregunta, el empleado más cercano es quien debe ayudar, independientemente de si es su área específica de trabajo. Esta dinámica, donde todos son responsables de lo que pasa a su alrededor, crea un ambiente colaborativo y hace que la experiencia del cliente sea más fluida y personalizada.
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