A mediados de diciembre del año pasado, Apple realizaba una serie de cambios en su cúpula ejecutiva. Uno de los más importantes era el ascenso de Jeff Williams a COO, director de operaciones de Apple. El mismo puesto que tuvo Tim Cook antes de convertirse en director general de la compañía.
Se trataba de una promoción obvia, ya que Williams llevaba desempeñando las funciones de COO desde hace tiempo. En especial como responsable del desarrollo del Apple Watch. Pero aún más llamativo fue el cambio de liderazgo que tuvo la App Store. Dejó de estar en manos de Eddy Cue para pasar a ser responsabilidad de Phil Schiller.
El cambio fue significativo por varios motivos, como ya vimos en su momento. Pero ahora que se acerca la conferencia anual de desarrolladores de Apple, cobra más sentido que nunca.
Cuando Jony Ive sustituyó a Scott Forstall
Han pasado casi cuatro años desde que se produjo el primer gran cambio de ejecutivos en Apple desde la llegada de Tim Cook al puesto de CEO. En 2012, Scott Forstall fue despedido de Apple por razones de falta de colaboración con el resto de equipos de la compañía, según la versión oficial. Aunque se rumoreaba que Cook le expulsó de la compañía ante su negativa a admitir los errores en el desarrollo y lanzamiento de Mapas.
Jony Ive pasó a sustituir a Forstall en el campo de la interfaz de iOS y OS X. Lo cual se traducía en que Ive pasaría a diseñar no sólo los dispositivos de Apple por fuera sino también el software que ejecutaban. iOS había alcanzado un punto en el que su apariencia comenzaba a mostrar signos de agotamiento. El skeumorfismo que había dominado las interfaces de sus dispositivos tenía los días contados.
Sin embargo, no vimos las consecuencias de este cambio en las altas esferas de Apple hasta la siguiente WWDC de 2013.
El diseño es mucho más que la ausencia de desorden y ornamentación. Significa traer orden allá donde hay complejidad - Jony Ive.
iOS 7 trajo una nueva forma de expresar el funcionamiento del sistema operativo móvil de Apple. Algo que iba mucho más allá de suprimir el fieltro de la app Game Center o el cuero de la app de contactos. Fue un cambio profundo pero a la vez familiar, que rejuveneció los dispositivos compatibles con él (del iPhone 4 y iPad 2 en adelante).
Tuvimos que esperar un año más para completar la transición al nuevo lenguaje de diseño de Cupertino. Con OS X Yosemite, los Mac se subían al vagón de los menús translúcidos y los colores planos. Recordemos que esta evolución comenzó en tan solo seis meses desde el anuncio del cambio de ejecutivos.
Algo similar podría estar gestándose para la App Store.
Los cambios que necesita la App Store de iOS
iOS 10 tiene el listón muy alto. Tras meses anunciando que el iPad Pro es el dispositivo computacional del futuro, Apple tiene la obligación de cumplir su promesa. E iOS 10 es el momento perfecto para que la versión de iPhone y la del iPad se separen y conviertan en independientes de verdad.
Tal vez, con los rumores de un cambio de nomenclatura en OS X, incluso suponga un nuevo nombre a ambas plataformas: phoneOS o iPhone OS (como su nombre original) para el teléfono, tabletOS o iPad OS para el iPad.
Pero más allá de la evolución de este sistema operativo, Apple debe fijarse en su App Store. Se trata de un market ya maduro y que hace tiempo no ve cambios significativos en su modelo. Algo que empieza a repercutir en los desarrolladores y la manera en que pueden ganarse la vida. La App Store de iOS está demasiado centrada en las necesidades del iPhone y de sus apps de mayor éxito: los videojuegos.
Las compras dentro de la app fue una de las últimas mejoras que introdujo la tienda de apps de Apple, una funcionalidad muy apropiada para los juegos, pero para nadie más. Las apps de productividad han sufrido en consecuencia:
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No hay manera de realizar actualizaciones de pago. Si el desarrollador invierte sus recursos en una mejora significativa de la app, se ve obligado a regalarla a los usuarios actuales o a crear una nueva app desde cero, perdiendo todas las reseñas y popularidad.
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Los desarrolladores no se pueden poner en contacto con los usuarios, ya que la relación está controlada por Apple.
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No hay periodos de prueba de software, por lo que pagar más de uno o dos euros por una app se vuelve arriesgado par el usuario.
En definitiva, la App Store de iOS necesita parecerse más al modelo de instalación de software de los ordenadores de escritorio. Eso sí, sin perder el control y seguridad que proporciona su entorno cerrado.
Phil Schiller, el encargado de su remodelación
Phil Schiller es SVP de marketing mundial de Apple. Su carrera comenzó como biólogo aunque pronto descubrió que lo suyo era el marketing. Fue contratado por Steve Jobs en 1985, en 1993 pasó unos años en FirePower y Macromedia para volver después en 1997 a Apple, justo con Steve Jobs. Desde entonces ha sido el encargado del marketing mundial de la compañía.
Schiller no solo ha sido responsable del lanzamiento de productos como varias generaciones de iPhone y iPad, sino también como el padre de la clickwheel del iPod original. Por todo eso, puede que el cambio de la responsabilidad de la App Store a Schiller sea lo que todos estábamos esperando.
Un cambio en la jerarquía puede tener consecuencias importantes en muy poco tiempo, tal como hemos visto con Jony Ive e iOS 7. Esperemos que con la WWDC veamos la siguiente evolución de la App Store, los desarrolladores puedan hacer apps más competitivas y los usuarios podamos disfrutar de apps realmente profesionales en el iPad Pro.
En Applesfera | No disponibles en la Mac App Store.
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