¿Fragmentación? No en los dispositivos móviles de Apple. Si lo recuerdas, iOS 9 fue presentado el pasado mes de septiembre, hace apenas unos pocos meses, y ya está presente en el 71% de la base instalada de dispositivos iOS, un crecimiento considerable respecto de la última medición. En definitiva, el grueso de los equipos. Este dato además, no ha sido obtenido en base a estudios o aproximaciones, sino que lo ha facilitado Apple y tiene una buena forma de medirlo): la descarga de aplicaciones de la App Store.
Es decir, que cada vez que un usuario se descarga o actualiza una aplicación de la tienda iOS, el sistema analiza desde qué versión de la plataforma lo está haciendo y este dato queda registrado para que luego la firma pueda lucirlo con orgullo. Y lo del orgullo no es una mención gratuita: Marshmallow, la última versión de Android, fue lanzada un mes después que iOS 9, y apenas llega al 1% de ratio de adopción. La fragmentación es sin duda uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una tienda de aplicaciones, y por extensión, los desarrolladores.
Los irreductibles en "versiones anteriores"
Pero con un seguimiento tan masivo hacia esta nueva versión de iOS, es obligado fijarse en qué sucede con el reducto que se ha quedado atrás y ha decidido no actualizar. La firma de Cupertino explica que un 21% sigue anclado todavía en iOS 8, pero más sorprendente todavía es conocer que hay un grupo de irreductibles que resisten numantinamente en lo que Apple llama "versiones anteriores" de la plataforma. Un cajón de sastre con una mezcla de todas ellas.
La cuestión ahora es saber a qué ritmo crecerá la adopción de iOS 9 a partir de este momento. En este sentido, se espera que tras una campaña navideña que la firma de la manzana se promete feliz, la plataforma estrene el año con un 80% de los usuarios ya en la última versión de iOS.
Vía | Cult of Mac
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