Estamos aquel momento de la montaña rusa donde como tecnólogos, subimos en el vagón de primera fila pero no vemos la cima antes de empezar a descender. Todos sabemos que algo va a pasar, pero no cuando - en qué preciso momento ocurrirá. Hablamos de la siguiente gran transición, de algo parecido a la llegada de la informática a nuestras casas, de la llegada del iPhone y de cómo un dispositivos o tecnología puede cambiar el mundo a nuestro alrededor.
Estamos hablando de un cambio tan profundo como para convertir en obsoleta la tecnología tradicional que tenemos en nuestras manos ahora mismo. Bueno, en nuestras manos, en nuestras muñecas, en nuestros altavoces inteligentes y prácticamente en todas partes. Este período de espera hacia la siguiente gran innovación es algo por lo que se lucha ferozmente. La compañía que lo consiga será probablemente “la próxima Apple” de los siguientes diez o veinte años. Y ese es precisamente el problema.
Un cambio generacional en Apple
Hace unos días, Bloomberg publicaba una noticia con un titular bastante que buscaba atención: “El nuevo desafío de Apple: una ola de ejecutivos clave que abandonan la empresa”. Leído en esos términos parece una desbandada de Apple hacia otras compañías, pero si leemos en profundidad el propio artículo, entendemos este cambios. De las once salidas de altos ejecutivos que han ocurrido, sólo dos no tenían un sucesor designado dentro del plan de cambio de la compañía, como es el caso de Evans Hankey - jefe de diseño industrial y su director de privacidad. Sus responsabilidades serán ahora cargo de sus propios equipos dentro de la compañía mientras se encuentra un reemplazo.
Del resto de salidas, todos eran cargos veteranos de Apple, muchos de ellos próximos a su jubilación - algo que puede seguir ocurriendo en los próximos meses con salidas similares por temas de edad. La compañía también necesita reinventarse - como cualquier otra - y por ello aquel grupo inicial que la salvó de la bancarrota en los 2000 está ya maduro para dar paso a una nueva generación. Algunos, como Dan Riccio, están dejando de lado todos sus proyectos y centrándose en futuros productos tan importantes como las Reality Pro. Algo así como pasó con el Macintosh.
Es precisamente estos proyectos a largo plazo los que pueden haber molestado a quienes salen de forma voluntaria de la compañía: sus equipos han perdido gente para unirse a estos proyectos secretos y cuyos resultados están tardando años en llegar. Ser una figura individual y reconocida dentro de la empresa con capacidad de marcar la diferencia es mas difícil que nunca, y muchos buscan otros proyectos fuera de Apple donde buscar su huella.
Humane, una startup que busca el cambio radical... aunque aún no saben cual
En 2017, dos figuras importantes en la creación del iPhone y el iPad buscaban un cambio fuera de la compañía. En Apple, Imran Chaudhri fue co-diseñador del iPhone y Bethany Bongiorno era directora de ingeniería. Juntos, fundaron hace 5 años Humane, una startup que prometía desarrollar la “próxima generación de tecnología personal”. Después de varios años sin ningún producto en el mercado o prototipo, ahora viran su discurso hacia un dispositivo basado en la nube y la inteligencia artificial que “quiere dejar el iPhone obsoleto”.
TechCrunch escribió un artículo algo demoledor sobre ellos. A pesar de que están reclutando gentes de empresas de tecnología y rondas de financiación tan importantes como Microsoft, OpenAI y Qualcomm de 100 millones de dólares - su producto o lo que van a hacer sigue siendo un misterio. A pesar de que en julio del año pasado comenzaban a mostrar un teaser de conceptos abstractos, algo similar al anuncio de la superbowl de Apple de 1984. La diferencia es que Steve Jobs sacó de una bolsa un ordenador llamado Macintosh dos días después.
Lo que Humane parece estar construyendo ahora es algún tipo de gafas o dispositivo para convertir “el entorno del usuario en la interfaz”, haciendo que algo similar a un proyector láser nos guíe sobre la superficie que queramos - por ejemplo, nuestra mano. Su mantra es eliminar las pantallas que nos rodean pero las patentes que tienen registradas parece que proyectan la misma información.
El concepto en sí es prometedor, sin duda - y probablemente sea el futuro. Amazon ya lo prueba con lo que ellos llaman la “inteligencia ambiental”, un sistema basado en interfaz por voz para olvidarnos de mirar hacia la tecnología y que sea ella misma la que nos envuelva. Esta computación ubicua es tan esperanzadora como descorazonadora: no hay ningún dispositivo que realmente plantee una transición seria y un cambio como el que esperamos en este punto de la montaña rusa, si realmente se quiere ir más allá de esperar al próximo iPhone 15.
El temor es que Humane se convierta en algo que ya vimos con Magic Leap, que también prometía un cambio en realidad ampliada que los llevó casi a la bancarrota. Gruber es demoledor con ellos: “Apple no quiere tener nada que ver con Humane. Bongiorno y Chaudhri no se fueron con muy buenas formas y Chaudhri, en particular, parece que se tomaba un crédito personal excesivo por el trabajo realizado por un equipo mucho más grande. No sé si eso es cierto o no, solo que así es como ven algunos en Cupertino”.
Es por tanto que los cambios internos para reinventarse de las empresas agitan a menudo a su personal, que puede abordar nuevos proyectos - tan interesantes a priori como Humane, Nest o Magic Leap - después de estar durante años trabajando en la primera línea de la tecnología. Estos cambios de personal son parte del día a día de una empresa con cientos de miles de empleados. La búsqueda del siguiente gran producto que cambie la industria, va a costar algo más.
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