Hace unas semanas llegó a la AppStore un nuevo juego de los personajes amarillos más famosos de la televisión. La aplicación gratuita, Los Simpsons: Springfield, nos permitía crear nuestra propia ciudad de Springfield en uno de esos juegos de realizar misiones y recolectar objetos con acciones que podían llegar a tardar horas en completarse.
Hablo de él en pasado porque el juego tuvo que ser retirado de la AppStore al reventar los servidores de EA por la avalancha de seguidores de la serie que lo habían descargado. El juego, al precisar de conexiones constantes cada vez que se iniciaba, acabó convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza, por lo que han decidido retirarlo hasta solucionar la situación. Muerte por éxito, dicen, pero… ¿merecido?
Hace unos días pude echarle el guante al juego en el iPad de un amigo y, qué decir, una idea genial. La cosa va más o menos así. Homer está jugando en la central con su iPad provocando una explosión que destroza el pueblo. A partir de ahí tocará recoger escombros y demás para conseguir dinero y colocar tu primera casa. A partir de ahí irás haciendo misiones, construyendo objetos, devolviendo a la vida a viejos conocidos, para poco a poco ir creando tu ciudad ideal.
Como de costumbre está el problema de la paciencia, ya que cada una de esas acciones requerirá de un tiempo para ser completada, desde cuatro minutos hasta, ojo, 90 días. ¿Excesivo? muy probablemente, pero ni siquiera ese es su mayor problema.
Los edificios se compran con las monedas que requieren constante dedicación al juego, pero hay algunos especiales, diría que muchos, que únicamente se pueden comprar con rosquillas, y ahí tenemos la trampa. Raramente llegarás a conseguir más de 50 rosquillas realizando misiones, y os aseguro que hay muchas y los tiempos para completarlas son enormes, costando los edificios especiales de 100 rosquillas para arriba.
Lógicamente hay un botón que te lleva a la tienda en la que podrás adquirir rosquillas pagando dinero.
El modelo de negocio es viejo y totalmente válido. Tú puedes jugar sin pisar ni una sola vez esa tienda, pero comprar esos edificios de rosquillas serán totalmente imprescindibles para completarlo al 100%. Sí, sigue siendo algo totalmente válido, pero queda claro que el juego, de gratuito, sólo tiene la fachada.
¿Me habría importado pagar, qué se yo, cuatro euros por el juego completo? En absoluto, repito que el juego es divertido, cuenta con escenas reales creadas por los guionistas de la serie y todo, en general, está bastante bien parido. Pero de la misma forma que ocurre con los DLC en las consolas de sobremesa, las compañías deberían ser un poco más cuidadosas con este tipo de prácticas.
Habría que ver cómo habría funcionado el juego siguiendo otro tipo de modelo de pago, pero me aventuro a decir que a pocos les habría importado pagar por un título con un carisma como el presentado. Es una muy buena opción de juego a tener en cuenta cuando vuelva a estar disponible, así que permaneced atentos, pero mentiría si no dijese que con el tema de las rosquillas se han pasado un poco. Pese a ello, si lo tuyo es la paciencia y no te importa pasarte el juego sin desbloquearlo todo, échale un vistazo, seguro que como mínimo esbozas alguna que otra sonrisa.
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