Más de una vez me ha tocado viajar por trabajo, y eso implica utilizar algunas redes WiFi de dudosa seguridad cuando estoy fuera del país y necesito conexión a internet. A raíz de eso, me he planteado utilizar una VPN para protegerme de posibles ataques que pongan en peligro mis datos.
Sé que hay opciones para usar una VPN de pago y muy completas, pero antes de recurrir a ellas he querido hacer una prueba para ver si me siento cómodo con esta precaución extra en mi conexión. Es por eso que he recurrido a una VPN gratis y la he usado en mi Mac para ver si la experiencia es recomendable. Las conclusiones, a continuación.
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Instalar un VPN en Mac no puede ser más fácil
Hay varias opciones para utilizar una VPN gratis en Mac, que además he probado yo mismo. Por su sencillez y la experiencia de uso a través de su interfaz, he elegido la modalidad gratuita de TunnelBear. La instalación de la aplicación se hace en cuestión de segundos, y aunque te pida registrarte con un correo no te exige que introduzcas un método de pago para poder hacer la prueba.
Esta modalidad gratuita de TunnelBear te ofrece 2 GB gratuitos de ancho de banda, además de la posibilidad de conectarte a servidores de otros países para enmascarar tu ubicación. 2 GB es francamente poco (en un sólo día ya gasté la mitad), pero no podemos esperar demasiado de un servicio gratuito. Yo he priorizado simplicidad, buscando una experiencia lo más "macOS" posible.
Una vez hemos instalado Tunnelbear en la carpeta Aplicaciones del sistema, esta ya se encarga de añadir sus propias credenciales de conexión en el panel de Ajustes. Es probable que si lo arrancas por primera vez te obligue a introducir la contraseña de administrador para hacerlo.
Y pasado este trámite, la interfaz se reduce a un simple botón con el que activar o no activar la VPN:
Nada más activar el VPN, una notificación del sistema me informa que la conexión se ha hecho con éxito:
Para estar seguro, consulto mi dirección IP en la web Cual es mi IP, y efectivamente me dice que estoy navegando desde Canadá:
A partir de este momento, soy un internauta canadiense. Si accedo a la web de Netflix, me entra en la web canadiense del servicio. En ese catálogo hay más contenidos que en el español, así que si me hago una cuenta canadiense desde ahí ya tengo un beneficio inmediato. Ojo, ten en cuenta que para eso necesitas un método de pago y una dirección válida en Canadá.
La curiosidad sigue ahí cuando entro en Google Maps y veo que el servicio no es capaz de darme una ubicación concreta, pero sí que muestra una aproximada centrándome en Toronto:
Además, si estuviera en una red WiFi pública con poca protección (como la de un aeropuerto o un hotel), esta VPN me ahorra el riesgo de ser víctima de un ataque de tipo Man in the Middle (MitM) donde alguien intercepta las comunicaciones entre mi Mac y el servidor web al que quiero conectarme.
Ventajas de usar una VPN gratis
En resumen, tengo las siguientes impresiones tras haber estado usando una VPN gratuita:
- La experiencia de conexión ha sido mucho más sencilla de lo que creía, cuestión de hacer click sobre un botón. En mi mente temía que el proceso de ajustar el VPN iba a ser más complicado.
- La navegación con una VPN activa apenas se diferencia de la navegación sin ella, sólo adviertes un menor ancho de banda cuando además de cargar páginas web quieres ver algún vídeo o descargar algún archivo de cierto tamaño. Ha habido momentos en los que incluso no sabía si estaba navegando con VPN o sin ella, es totalmente transparente.
- Evito la censura de algunos gobiernos si viajas a sus territorios (hay que prepararse si quieres viajar a China).
- Tengo una capa extra de seguridad en caso de ataques: una VPN evita que alguien intercepte mis datos personales. En otras palabras, dejo de tener miedo de iniciar sesión en la web de mi banco en caso de necesitar conectarme a la WiFi pública de una tienda o de un tren.
- Si quiero visitar páginas web que las operadoras de mi país bloquean, puedo hacerlo conectándome a un servidor de otro país donde no exista ese bloqueo. Cambiar entre países también ha resultado ser mucho más sencillo de lo que creía gracias a la interfaz de TunnelBear.
Si prefieres no instalar una aplicación en el Mac para poder conectarte a una VPN, recuerda que otras opciones gratuitas se reducen a simples complementos para navegador. Opera tiene su propia VPN integrada, del mismo modo que también lo tiene Brave.
He hecho estas pruebas tanto en mi Mac mini de sobremesa como en mi MacBook Air mientras me movía en un tren (en zonas de buena cobertura), y en ambos casos la conexión ha resultado ser igual de sencilla. Ahora bien, he echado en falta algunas cosas.
Las desventajas de un VPN gratuito
El VPN gratuito ha cumplido más o menos con lo que esperaba de él: ofrecerme su protección cuando he querido activarlo en mis ordenadores. Sin embargo, hay cosas a tener en cuenta al usar una modalidad gratuita de un servicio como este:
- Empiezo por la privacidad: si un VPN te ofrece una modalidad gratuita, cabe la posibilidad de que ceda tus datos de navegación a terceros. El caso de Hola en 2015 es buena prueba de ello.
- En algunos momentos, la velocidad de conexión es varias veces más lenta que en mi ancho de banda total en caso de móvil y ligeramente más baja en mi red WiFi. Si usas una de estas VPN en una WiFi pública desde móvil no vas a poder aprovechar todo su ancho de banda. Lo más seguro es que puedas cargar páginas web, pero no esperes ver vídeos en alta velocidad con esos medios.
- Como he mencionado antes, la cuota de datos que te da un VPN gratuito es muy pequeña y se agota rápidamente. Especialmente si quieres cargar vídeos o descargar archivos de gran tamaño. Eso por eso que quedarse con un VPN gratuito permanentemente es muy difícil.
En mi experiencia he tenido momentos en los que la conexión VPN me ha fallado de forma intermitente, diciéndome que me había desconectado para reconectarme de nuevo en unos segundos:
Al final, lo que se saca en claro tras probar una VPN gratuita es que puede ayudarte en momentos muy puntuales donde tengas que conectarte a redes WiFi públicas que no sean fiables. Pero enseguida echas en falta una cuota de datos más grande, y en algunos momentos más estabilidad de conexión.
Pasarte a una VPN de pago, merece la pena
Mi conclusión es que no deberías usar una VPN gratuita si tu intención es proteger regularmente tu navegación. Nada es gratis, y una VPN gratuita nunca va a tener la protección completa de un servicio equivalente de pago y la robustez de su conexión.
Una VPN de pago que podemos mencionar es NordVPN, que suele ser de los mejores valorados entre los servicios de su cateagoría y puede contratarse con descuento si decides pagarlo anualmente:
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Una solución de pago como esta te aporta datos ilimitados, con lo que nunca tienes la preocupación de agotar la cuota. También tienes la posibilidad de enmascarar tu ubicación a través de muchos más países, cosa que te puede ir bien si buscas acceder a servicios de pago allá donde la cuota sea más barata.
Por lo tanto, si quieres hacer pruebas puntuales no hay nada como una VPN gratis. Pero si buscas una VPN para usar de forma regular, lo mejor es que busques entre una de las soluciones de pago más fiables y seguras. En términos de seguridad y cuando hay que usar cierta infraestructura de servidores, nada es gratis.
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