Aplicaciones móviles de mensajería hay muchísimas, en eso estamos todos de acuerdo. Tenemos un mercado prácticamente saturado, con unos clarísimos líderes con cientos y cientos de usuarios activos mensuales. Por eso, quien lance ahora un nuevo servicio para intentar competir lo tiene muy difícil.
Pero Kevin Ansiau pensó que Kisapp, la aplicación de la que es director, merecía una oportunidad. Sus armas: seguridad y cifrado. Que es algo que cada vez más rivales se toman en serio, así que echemos un vistazo a los ases en la manga que puede esconder esta alternativa.
Los dos pilares de Kisapp: efímero y cifrado
Kevin, quien ha tenido la amabilidad de hablar con nosotros, defiende que los mensajes instantáneos de hoy en día tienen "una vida corta", y que por lo tanto no deberían quedar almacenados permanentemente en nuestros móviles ni en servidores. Y eso es lo que Kisapp hace: a medida que vas chateando los mensajes que han alcanzado cierta edad se van borrando automáticamente (podemos seleccionar el tiempo que tardan en hacerlo). Nada queda almacenado ni recordado en ninguna parte.
Además, los mensajes que recibes entran visualmente cifrados para que no se puedan leer varios de forma inmediata, adecuado para los que sospechen de tener a chafarderos cerca. Os puedo enseñar cómo funciona, aunque Kisapp se ha encargado de que no pueda hacerlo demasiado. Ojo a la advertencia que aparece al tomar capturas de pantalla:
El registro de Kisapp se hace del mismo modo que con WhatsApp: dando nuestro número de teléfono, que sirve exclusivamente como identificación única de nuestra cuenta de usuario. Kevin nos lo deja bastante claro:
Antes de que tu número de teléfono se envíe a nuestros servidores se cifra fuertemente, y nosotros no tenemos ningún modo de poder descifrarlo. Nunca sabremos quién eres, con quién hablas o lo que dices. Toda la información que se transmite está fuertemente cifrada y todos los mensajes se auto-destruyen en segundos. Nadie más hace eso.
Una vez hemos dado ese número, Kisapp nos pide una contraseña que tendremos que introducir para poder entrar en la aplicación, contraseña que también podemos reemplazar con nuestra huella dactilar si tenemos un iPhone con sensor Touch ID. Finalmente, se nos generará un código de recuperación que tendremos que guardar en caso de que perdamos el acceso a la aplicación.
A todo esto yo añadiría la ventaja de que Kisapp está preparada para instalarse también en los iPad, de modo que podemos utilizar también ese dispositivo para enviar mensajes. Todo queda sincronizado entre dispositivos. Y el soporte para ver los mensajes en el Apple Watch también se agradece.
Con todo, Kisapp puede ser una aplicación de mensajería para tener a mano cuando necesitemos enviar información muy sensible o personal a otra persona teniendo claro que esa información será irrecuperable. Es completamente gratuita, y Kevin nos ha prometido que durante las próximas semanas tendremos nuevas funciones. Podéis descargarla aquí desde la App Store.
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