Encontramos el futuro en cada una de las cosas que tocamos, somos o hablamos. Pero pocas veces lo alcanzamos. La visión de ciertas personas sobre lo que está por llegar es casi misión imposible para el prosaico, y para esa ceguera no hay más cura que observar un proyecto rechazado por sus manos es un completo éxito en manos de otro. La tecnología está repleta de estas historias, y hoy hablaremos de una de ellas.
El reloj inteligente Pebble fue el mayor éxito de la página de crowdfunding Kickstarter, sobrepasando la cifra inicial de 100.000$ que esperaban conseguir a los más de 10.000.000$ que obtuvieron al final. Eric Migicovsky debió recordar son una sonrisa a aquellos inversores de la compañía Y Combinator que no avalaron su visión, pero sin duda, tenía en mente a las casi 69.000 personas que sí que lo hicieron.
En Pebble se centraron en el campo que descuidó la competencia: la importancia del software
La premisa del dispositivo era sencilla: un reloj inteligente de tinta electrónica, para optimizar el uso de la batería y con una pantalla fácilmente legible en cualquier condición, que recibiera notificaciones del teléfono inteligente que casi todos llevamos en el bolsillo. En principio, esa es la idea de las pocas opciones en relojes inteligentes que hay en el mercado, pero en Pebble se centraron en el campo que otros descuidaron: el software. Lo importante, es el software.Un camino hacia la madurez tecnológica
Cuando a principios de 2013 el reloj empezó por fin a llegar a la muñecas de los compradores, todavía quedaba mucho por hacer. Se había trabajado mucho en el hardware, en la forma de conseguir que el producto tuviera forma sin descuidar ningún factor. Acelerómetro, pantalla de tinta electrónica, carga magnética... sin embargo, la variedad (incluso calidad) de los primeros watchfaces o apps disponibles, era mediocre. La gente se apresuró demasiado en calificar de pequeño fiasco al proyecto, y no les culpo.
En iOS el panorama fue, hasta finales del año pasado, aún más desolador. Mientras en Android las notificaciones eran fácilmente configurables y personalizables, la aplicación oficial de la compañía para iOS 6 sólo podía trabajar con algunas notificaciones de aplicaciones nativas, y no emplear las propias del sistema operativo.
Sin embargo, en Noviembre, con la actualización a iOS 7 del centro de control de Pebble, las notificaciones - al completo - del sistema ya aparecían en el reloj, teniendo un completo control sobre ellas. Y había más. Un nuevo sistema operativo, la versión 2.0, se prometió como guinda prometiendo mejoras en los puntos clave que convertirían las aplicaciones en verdaderamente potentes, interactivas, muy mejoradas visualmente. Y todas ellas, integradas en una appstore propia con capacidad para gestionarlas. Ayer pudimos disfrutar de la actualización, y le ha cambiado la vida al dispositivo.
Así es la nueva Pebble appstore para iOS
La actualización de la aplicación para iOS es la primera que lanza la compañía (antes que la de Android), y con ella tendremos a nuestra disposición no sólo la capacidad de actualizar nuestro Pebble via Bluetooth desde ella, sino también de alimentarlo con apps y watchfaces con nuevas y muy interesantes características.
Una vez que hemos creado nuestra cuenta y hemos actualizado nuestro reloj, la aplicación nos presenta algunas recomendaciones de apps que podemos descargar en ese mismo momento, o continuar con el proceso para elegirlas directamente sobre la appstore, con secciones de destacados, recomendaciones, clasificaciones por temática...
Dentro de ella tenemos dos grandes apartados: watchfaces, o personalizaciones de la interfaz del reloj, y apps, aplicaciones que nos permitirán efectuar diversas acciones desde el Pebble directamente. La interfaz de la tienda cambia ligeramente en ambos apartados, mostrándolo por listas clasificadas en el primer caso o por categorías en el segundo.
Una de las características más interesantes de la nueva aplicación, es la sección My Pebble, donde podemos estar al tanto visualmente de lo que tenemos en el reloj, y lo que guardamos en una sección de la aplicación llamada "locker": una especie de taquilla virtual donde guardaremos las watchfaces o apps que no nos caben en el teléfono (que sigue limitado a 8 como máximo, de cualquier tipo).
El concepto de carga y descarga desde la nueva taquilla virtual "locker" de la aplicación, facilita el intercambio de personalizaciones al máximo
Además, otra de las novedades es la facilidad para configurar los parámetros de cada app desde dentro de esta sección, ya que ahora se controlan muchas de ellas desde aquí sin necesidad de instalar aplicaciones de terceros (aunque aún hay algunas que lo requieren).
El proceso para pasar una app o una watchface al reloj es sencillo: si está en el Pebble, lo descargamos, si está en el "locker", lo cargamos. Todo de forma muy rápida, muy visual, e informándonos en todo momento del proceso. Una mejora enorme con respecto a la versión anterior de la aplicación oficial, que le da una nueva vida al dispositivo y a la forma de trabajar con él.
Toda la gestión y navegación por la tienda, e incluso por lo que tenemos instalado en nuestro reloj es ahora una auténtica gozada, aunque personalmente me gustaría que el software me permitiera desinstalar los watchfaces que trae por defecto y utilizar esas ranuras para cargar más personalizados.
El software marca la diferencia
Las nuevas posibilidades que nos ofrece el sistema operativo Pebble 2.0 y la appstore, son realmente interesantes: ahora podemos encontrar juegos clásicos como el Asteroids (o a un clon del Arkanoid), hacer check-in en Foursquare, seguir un seguimiento de un envío o jugar una partida de ajedrez multijugador desde nuestra muñeca. Y las herramientas están en manos de los desarrolladores, que sólo han hecho que comenzar.
La calidad de Pebble mejora enormemente con el nuevo sistema operativo y abre un mundo de posibilidades a los desarrolladores
El nivel de los watchfaces y apps añadidas a la tienda también ha mejorado con lo que se podía encontrar, disperso, por distintas webs. La incorporación de Javascript a la hora de crearlas se nota. Y la comodidad de ser la propia aplicación de Pebble quien se encargue de gestionar las peticiones a Internet para las aplicaciones, abre un mundo de posibilidades.Sin duda, una actualización fantástica que realza la fuerza y la potencia de un buen software en un hardware pensado para ser aprovechado, con un diseño cuidado y mimado hasta el detalle. Sólo nos queda esperar que las próximas novedades que nos presente Pebble sean, como poco, tan interesantes como la que ahora tenemos en nuestra muñeca.
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