Primeros minutos de 2016. Esta nochevieja la pasamos en casa de mi hermana en Francia. En la familia nos fundimos en abrazos, de esos sinceros y en silencio deseando todo lo mejor para este año que acaba de empezar, y pronto cada uno voló a su móvil para desear lo mejor a quienes teníamos más lejos. Los que recurrieron a WhatsApp pronto se dieron con un canto en los dientes, los que optaron por el teléfono tradicional, esperaron un buen rato a ser escuchados al otro lado o simplemente a que se librara la línea. Felicitar el año en ese momento resultaba complicado por la saturación de la red.
Yo me aparté un poco para poder disfrutar de un poco de silencio y sin pensarlo, llamé por FaceTime a otros familiares que estaban a cientos de kilómetros de distancia. Fueron tres llamadas: dos de vídeo y una de audio, y las tres ofrecieron unos resultados sobresalientes. La calidad del vídeo fue impecable y en la llamada de audio, poder disfrutar del sonido digital en tu oreja en un momento de absoluta saturación de todas las redes, es algo impagable.
"Pero si eso ya lo hace Skype"
"Pues vaya una tontería, si eso y lo hace Skype", o Hangouts, o el propio WhatsApp... Fue lo primero que escuché tras compartir mi experiencia con un amigo, y no le faltaba razón, pero hace tiempo que aprendí a no rebatir sobre qué solución era mejor para cual: que cada uno disfrute de la suya. Y la mía fue sobresaliente, y no me refiero sólo a la calidad de audio y vídeo:
Integración: el que juega en casa, lo hace con ventaja. Yo en realidad comencé a usar FaceTime casi por experimentar, puesto que en realidad no era usuario habitual de las vídeo llamadas y las llamadas VoIP, pero ha sido un servicio que poco a poco se ha ganado un hueco en mi corazón por lo accesible que se encuentra en todo momento. Un par de toques, y ya está uno haciendo una vídeo llamada o llamada de audio a sus conocidos. FaceTime se integra mejor que ningún rival en el sistema por motivos evidentes.
Fiabilidad: ¿Se ha caído el servicio? Sí, bastantes veces, pero lo cierto es que, al contar con una masa de usuarios crítica menor, en la experiencia real siempre estará disponible cuando lo necesites, y en las llamadas de audio tampoco requiere una conexión excelente para mantener una conversación.
Llamadas de voz en HD: Si has utilizado alguna vez FaceTime para llamadas de audio, sabrás lo que significa escuchar a una persona que puede estar a miles de kilómetros de distancia como si la tuvieras a apenas un palmo. Sonido nítido y sin cortes, y una experiencia de conversación que no tiene nada que ver con las llamadas telefónicas convencionales. El consumo de datos es, además, razonablemente comedido.
Integración con Apple Watch: Si hay una palabra que define buena parte del éxito de Apple es sin duda "integración". Una llamada de FaceTime se puede responder indistintamente en un iPad o un Mac, pero posiblemente lo más práctico en el día a día sea remangarse el brazo, pulsar el botón inferior del Apple Watch y establecer un FaceTime de audio con nuestro contacto favorito. Son apenas dos toques, y lo cierto es que difícilmente pueda resolverse de una manera más sencilla con el móvil en la mano.
No tardé mucho tiempo en darme cuenta del potencial de este servicio de Apple, así que decidí configurar los correspondientes widgets para mis contactos habituales, empleando Launch Center Pro, de forma que ahora, además de la posibilidad de llamar desde la muñeca, basta con que deslice el dedo en la barra de notificaciones para hacer una llamada de vídeo o voz en cuestión de segundos.
Sencillo, efectivo y conveniente, FaceTime se ha convertido ya en uno de los servicios que más utilizo en el ecosistema Apple, y pronto aprendí a valorar lo que antes pensaba que era una artimaña sentimental en los anuncios de la firma: el valor de poder hacer una vídeo llamada a tus seres queridos en determinados momentos.
Imágenes | iDownloadblog y iMore
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