Hace pocos días os hablaba sobre cómo he aprendido a exprimir mis dispositivos de Apple fruto de la experiencia de estar teletrabajando desde principios de 2008. Y entre otras cosas decía que uno de los puntos que más resultados me han dado es el de adaptarme a lo que me ofrecen las aplicaciones de Apple.
La razón es simple: pocas aplicaciones de terceros se cuidan de llegar a todos los "rincones" que me ofrecen esos dispositivos. Eso significa sacrificar algunas ventajas, pero el tiempo ha terminado demostrándome que no las necesito. Voy a hacer un repaso sobre cómo aprovecho las aplicaciones de Apple para todo lo que necesito.
Calendario como el centro de mi productividad
Como ya he dicho otras veces, en mi caso particular los calendarios de iCloud son mi agenda, mi Moleskine digital. No sólo apunto los eventos pendientes, si no también la gran mayoría de tareas a un estilo que mi compañero Javier Lacort ya explicó en Xataka. De esta forma puedo estimar el tiempo que voy a tardar en hacer cada tarea y organizarme bien el día, sabiendo lo que voy a ser capaz de hacer en la jornada de trabajo y lo que voy a tener que llevarme a los días siguientes.
Y de nuevo, una parte clave de eso es que puedo consultar esa agenda con todos mis eventos y tareas desde el Apple Watch, cosa que hago a menos y quitándome la necesidad de sacar el iPhone de mi bolsillo. Y lo agradezco, teniendo en cuenta que hablamos de un iPhone 13 Pro Max que pesa 250 gramos contando la funda.
Si en algún momento quiero añadir una tarea y estoy andando en la calle, tengo un Atajo de Siri al que le puedo decir la tarea que quiero añadir y ésta se incluye como un evento para mañana en mi calendario. Se coloca de forma estratégica, en una hora específica donde yo ya entiendo que la tarea necesita ser "procesada" para colocarse en otra hora y probablemente en otro calendario.
Recientemente también estoy probando otro modo de añadir estas ideas o tareas al vuelo: una lista específica en Recordatorios que me sirva como bandeja de entrada desde donde ir procesándolo todo hacia Calendario o cualquier otra aplicación.
Recordatorios para tareas específicas
Otra aplicación que aprovecho cada vez más (y con la que parece que al fin he encontrado la fórmula para usarla bien) es Recordatorios. Hasta hace poco la usaba solamente para tener la lista de la compra, pero ahora también he empezado a añadir otras listas.
Estas listas van desde una rutina de hábitos diarios, tareas del hogar pendientes de hacer, listas de compras específicas como cuando hay que hacer una excursión al IKEA, ideas para ilustraciones o una lista en la que anoto los días en los que hay capítulos nuevos de las series que sigo. Todo ello a un sólo toque de distancia en mi reloj, ya que tengo una complicación que es un acceso directo a mis listas de Recordatorios.
De nuevo: hay aplicaciones específicas que cubren estas necesidades con interfaces atractivas y cuidadas, pero que no cumplen con detalles como que pueda consultarlo todo desde el Apple Watch. Y mato dos pájaros de un tiro, porque casi siempre me ahorro suscripciones a esas aplicaciones.
Notas para tareas más complejas
Si alguna de mis tareas es más compleja y larga, como por ejemplo un artículo especial que me lleve varios días de investigación o un viaje de prensa donde necesito controlar datos adicionales de viaje y alojamiento, me llevo toda esa información a Notas.
Aprovecho sobre todo la flexibilidad de esas notas: en ellas puedo hacer listas de sub-tareas o incluir archivos adjuntos y enlaces, perfecto para montarme un "informe" bien maquetado con toda la organización y lo que tengo que hacer. Donde más lo aprovecho es en los viajes de días frenéticos como los del Mobile World Congress en Barcelona, donde cada segundo cuenta.
En Notas, finalmente, también suelo guardar anotaciones de reuniones que suelo hacer por videoconferencia. Tengo una carpeta dedicada enteramente a las notas de esas reuniones, clasificadas por años, para comprobar lo que se acordó y cómo han ido evolucionando los objetivos a lo largo del tiempo.
Combinando esas tres aplicaciones consigo un equilibrio con el que minimizo distracciones, disfruto de una integración total, no necesito depender de desarrolladores externos y ahorro dinero. Novedades como Freeform no han conseguido engancharme, aunque no descarto que de algún modo termine usándolas para ciertas cosas. Tras cambiar de hábitos varias veces a lo largo de la última década, nunca descarto nada.
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