Llevamos años actualizando periódicamente nuestras contraseñas con números y símbolos. Resulta que ya no es tan buena idea, que 'Passwords' es mejor

A menudo hemos escuchado recomendaciones expertas para mantener seguras nuestras cuentas que pasan fundamentalmente por tener contraseñas largas y variadas en cuanto a tipo de caracteres, así como cambiarlas con cierta periodicidad. Y eran consejos con mucho sentido de cara a la seguridad, aunque las cosas están cambiando y hay algunos consejos obsoletos. O al menos en ciertas circunstancias.

La llegada de elementos como las passkeys lo están cambiando todo y la nueva app de 'Contraseñas' de Apple ('Passwords' en inglés) puede ser más que suficiente si queremos tener protegidas nuestras cuentas de Apple, de correo electrónico, de redes sociales y cualquier otra plataforma.

Por qué cambiar mucho la contraseña no es tan importante

Las contraseñas han sido tradicionalmente un elemento importantísimo de cara a poder acceder a nuestras cuentas y que, si estas son complejas, nadie más pueda acceder a ellas. De ahí que siempre se haya requerido que estas se cambien de forma periódica, además de que ofrezcan siempre una variedad de caracteres, así como de longitud.

Según los expertos del NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos), esto es lo que tardarían los ordenadores más avanzados en descifrar una contraseña, dependiendo de su longitud y caracteres.

Por tanto, observamos ya de primeras que quizás no es tan importante la variedad de caracteres como sí la longitud de la contraseña. A partir de ocho caracteres ya tenemos una clave compleja, pero si le añadimos 12 o 13 como mínimo ya será prácticamente imposible que la descifren en esta vida (¿qué será del mundo en 75.000 años?).

Los expertos han hecho un estudio en el que revelan que por norma general tendemos a usar contraseñas sencillas dado que tenemos que cambiarlas cada cierto tiempo. Según explican, en esas circunstancias priorizamos que sean claves sencillas de recordar, ya que al tener que cambiarlas con frecuencia, tendemos a restarle importancia. Es algo así como "bueno, qué más da que sea sencilla si la cambiaré dentro de poco". Y eso es un error. Un grave error.

Los expertos valoran de forma más positiva que la contraseña sea larga y compleja, independientemente de que luego las cambiemos a menudo o no. De hecho, es preferible una contraseña larga que no cambiemos nunca o cada mucho tiempo a tener una clave sencilla y que cambiemos cada semana.

Qué es lo que importa realmente de las contraseñas

Pues aparte de la longitud y una mínima variedad de caracteres, realmente lo importante de las contraseñas no son las contraseñas. Y es que en estos años están emergiendo otras opciones de seguridad adicionales que se suman a la contraseña, como la autenticación en dos pasos o las 'Passkeys'.

Son en ambos casos funciones que requieren de un elemento más de seguridad aparte de la contraseña, de forma que incluso descifrando esta primera se necesite un segundo paso que será aún más complicado para los atacantes. Y es que en el caso del doble factor se necesita un código único que llega sólo al usuario o se genera en apps como 'Contraseñas' de Apple, mientras para las Passkeys se precisa reconocimiento biométrico.

Precisamente en todo esto la aplicación 'Contraseñas' de Apple puede ser de suma utilidad, ya que se sincroniza con iCloud y admite las Passkeys, así como la posibilidad de que sea ahí donde lleguen los códigos de autenticación. Por si fuese poco, también es una herramienta útil para generar contraseñas. Aunque si hay algo destacable en lo que a ciberseguridad se refiere es a que ofrece consejos de seguridad cuando una contraseña es insegura o se ha podido filtrar, de forma que puedas cambiarla y prevenir todos los problemas.

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