Puerta K59. Por fin han anunciado en los paneles informativos la salida de mi vuelo y toca correr, una vez más, por la interminable T4 del aeropuerto A. Suárez-Madrid Barajas. Llego a la puerta y en medio de todo el mundo con sus tarjetas de embarque en la mano, abro Passbook (Wallet) en el Apple Watch y colocando la pantalla en el lector, consigo validar mi billete. Bueno, en realidad, no del todo como ahora veremos, pero sin duda se trata de una herramienta poderosa y estamos sólo ante el comienzo.
Para los que viajen con frecuencia, el uso del iPhone o Apple Watch, y sobre todo en su integración con Wallet puede suponer un punto de no retorno, pero que pese a todo tiene también sus limitaciones.
Todo en la muñeca
Comentaba al comienzo que el acceso al avión no fue completo empleando Apple Watch y Wallet por un motivo: la línea aérea necesita cotejar el nombre del pasajero con el documento de identidad y pese a que lo mostré girando la rueda en la aplicación, tuve que enseñar passbook en el iPhone. Una limitación que tiene más que ver con los hábitos que con la realidad de la herramienta, que funciona a la perfección.
De hecho, poder llegar al aeropuerto y acceder a la zona de seguridad sin necesidad de papeles ni sacar el iPhone del bolsillo es ya un pequeño gran triunfo. Y de hecho, puede ser todavía mejor: si la línea aérea actualiza la información en la plataforma, tendrás también la puerta de embarque en la pantalla del Apple Watch, algo muy interesante en los aeropuertos grandes porque te ahorras estar pegado a la información de las pantallas de la terminal.
Apple, mejora Wallet
Passbook ofrece además en tu muñeca toda la información que necesites en billetes de líneas aéreas o tren, como el asiento asignado, la puerta de embarque (si la suministra la aerolínea), la terminal, y en el caso de RENFE, hasta las condiciones de viaje (equipajes, compromiso de puntualidad, etc.). Pero todo ello reposa en Wallet, una poderosa plataforma que por otro lado, necesita mejoras corrigiendo algunos problemas de uso.
El primero y más importante, facilitar la gestión de las tarjetas: si eres de los que viaja con frecuencia descubrirás que se acumulan ahí ad infinitum y el borrado de las mismas es manual y muy lento. Otro de los puntos de mejora sería sin duda incorporar un buscador, algo que sugería nuestro coordinador Pedro Aznar, de cara a localizar la tarjeta de embarque o billete cuando se acumulan muchos.
Sin embargo, y pese a estos inconvenientes, el combinado Wallet-Apple Watch resulta demoledor a la hora de enfrentarse a un viaje. Cuenta básicamente con dos grandes enemigos: el primero, los hábitos instalados (embarcar en el avión empleando el Apple Watch delante de todo el mundo te hará blanco fácil de las miradas) y el segundo, la falta de información que algunas compañías se siguen resistiendo a difundir a través de esta plataforma.
Imagen | TechCrunch
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