iMac Pro, análisis: el Mac en tiempo real

iMac Pro, análisis: el Mac en tiempo real

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iMac Pro, análisis: el Mac en tiempo real

¿Dónde está el límite de un ordenador? Esta es la pregunta que ha querido responder Apple con el iMac Pro, un equipo que llevamos probando en su versión de entrada desde hace cuatro semanas. Es un Mac para profesionales pero que no es para todos los profesionales. Para ese grupo de usuarios que tienen otras prioridades, la compañía tiene pensado lanzar un Mac Pro en 2019.

El iMac Pro es, por tanto, el primer acto del resurgir del ordenador profesional de Apple, al que le seguirá una segunda parte que completará el portfolio profesional de Cupertino. Pero no por ello es menos capaz, porque estamos ante el primer Mac en el que es posible trabajar en tiempo real en las tareas más exigentes.

iMac Pro: especificaciones del modelo analizado

  • Pantalla retina 5K de 27 pulgadas y 5.120 x 2.880 píxeles.
  • Gama cromática amplia P3 y brillo de 500 nits.
  • Procesador Intel Xeon W a 3,2 GHz de 8 núcleos (opción de 10, 14 y 18 núcleos).
  • Procesador gráfico Radeon Pro Vega 56 con 8 GB de memoria HBM2 (opción de Vega 64).
  • Chip T2 de controladores y seguridad.
  • Memoria SSD de 1TB (opción de 2 y 4TB).
  • 32 GB de memoria ECC DDR4 a 2.666 MHz en cuatro canales (opción de 64 y 128GB).
  • Puertos: cuatro USB 3.0, cuatro puertos Thunderbolt 3 (USB-C), lector de tarjetas SDXC, jack de audio y ethernet NBASE-T de 10GB.
  • Conexiones inalámbricas: bluetooth 4.2 y Wi-Fi 802.11ac.
  • Cámara FaceTime HD a 1080p.
  • Incluido en la caja: Magic Mouse 2 en gris espacial, Magic Keyboard con teclas numéricas en gris espacial, cable Lightning en negro y cable de corriente en negro.
  • Color: gris espacial.
  • Precio del modelo analizado: 5.499 euros IVA incluido en Apple.

En los últimos días también hemos analizado tres accesorios que te pueden interesar. Puedes leerlos aquí:

Pantalla familiar y un procesador de "workstation"

Imac Pro 1

Arrancamos este análisis del iMac Pro con la pantalla, que es, tal vez, el único aspecto familiar en este equipo. Porque el resto de especificaciones cambian por completo. La pantalla retina del iMac Pro es la misma que tiene el iMac de 27 pulgadas de 2017 que ya analizamos el año pasado con resolución 5K. Entonces, Pedro Aznar dijo de ella:

En esta generación, la compañía de Cupertino mantiene la asombrosa resolución de 5120 x 2880 píxeles, pero mejora la cantidad de colores a mil millones - casi nada - y sube hasta los 500 nits de brillo. Un nit es una medida de luz estimada sobre un área, y típicamente los monitores de escritorio suelen llegar a los 200 o 300 nits. Con sus 500 nits, esta nueva generación de iMac se sitúa al nivel las televisiones de alta definición, que suelen comenzar en 450 - y según la propia compañía, es un 43% más brillante que el modelo anterior.

Quien venga de cualquier otro equipo diferente a un iMac de 2017 y 27 pulgadas se topará con una pantalla increíble. Ya sea por espacio útil de trabajo, la resolución retina o la gama cromática P3 que se utiliza en la industria del cine. En mi experiencia y viniendo de un iMac de 2017 con 21 pulgadas, me sorprende la cantidad de espacio que añade, tanto que al final no te das cuenta de las notificaciones que le llegan.

Foto En esta pantalla, las fotos ya no son tan espectaculares como cuando las sacaste con un iPhone 5s.

Más allá de esta anécdota, lo cierto es que esta pantalla te convierte en un niño mimado. Cualquier otro dispositivo con calidad o resolución inferiores salta a la vista y supone un agravio a los ojos. Su resolución 5K hace que lamente ver fotos tomadas antes de tener mi iPhone 7 Plus y que todas esas vacaciones en sitios paradisíacos no luzcan en todo su esplendor.

El procesador es un Intel Xeon W, nunca antes utilizado en un Mac y con hasta 18 núcleos

El procesador sí que es harina de otro costal. Quienes manejan iMac tope de gama preguntan qué tipo de Intel es, si un i5 o un i7. Pero en realidad estamos ante un Xeon W-2140B de Intel, un procesador lanzado a finales de 2017 pensado para el iMac Pro. No es un procesador doméstico o de consumo con los de la serie "i". Es un procesador de estación de trabajo con rendimiento enterprise.

Está fabricado en el proceso con mejor rendimiento de 14nm+ y basado en la arquitectura Skylake, operando a 3.2GHz y con un turbo máximo de 4.2GHz. Además, es capaz de soportar la memoria RAM DDR4-2.666MHz ECC de cuatro canales, que es la que monta el iMac Pro (el iMac tope de gama sólo llega a los 2.400MHz).

La configuración que hemos analizado tiene 8 núcleos, aunque Apple ofrece opciones de 10, 14 y 18 núcleos. Cada uno de estos procesadores supone un desembolso adicional de 960 euros, alcanzando los 2.880 euros en el modelo de 18 núcleos.

Gráficas para jugar y desarrollar en Realidad Virtual

Specs

El iMac Pro cuenta con dos configuraciones de tarjeta gráfica de la familia Radeon Pro: Vega 56 y Vega 64. La principal diferencia entre ambas se encuentra en la cantidad de memoria de cada una. En la primera tenemos 8GB mientras que la segunda tiene el doble, 16GB. En ambos casos se trata de memoria HBM2.

La Vega 56 es suficiente para jugar holgadamente a juegos en realidad virtual. Gracias a esto, el iMac Pro es el segundo equipo de Apple capaz de ejecutar juegos de realidad virtual nada más salir de la caja, después del iMac de 27 pulgadas del año pasado. Existen alternativas más asequibles para jugar a este tipo de juegos, la diferencia es que el iMac Pro también permite el desarrollo de este contenido.

Las dos opciones de tarjeta gráfica se diferencian básicamente en la cantidad de memoria de video

Después de consultar con algunos expertos, la Radeon Pro Vega 64 sería más conveniente para este tipo de tareas. Especialmente para quienes trabajen desarrollando realidad virtual con un alto nivel de framerates. Los 16GB de video de esta tarjeta se agradecerán a pesar de que supone un desembolso adicional de 720 euros.

Siempre puedes elegir el modelo base y aumentar la potencia gráfica a través de una eGPU. Para ello, deberás comprar una caja en la que tendrás que incorporar la tarjeta gráfica después. Esta solución es más cara que la ofrecida por Apple, ya que el coste de esta caja parte de los 320 dólares y la tarjeta en sí cuesta alrededor de 600 euros.

También hay que decir que te permitirá utilizarlo con otros equipos capaces de beneficiarse de este soporte, como los MacBook Pro de última generación. De modo que la decisión dependerá de tus circunstancias.

T2 o el primer procesador ARM en un Mac de escritorio

A finales de 2016, Apple desveló que su MacBook Pro con Touch Bar contaba con un procesador ARM llamado T1. En nuestro análisis, Pedro Aznar nos contaba sobre este chip:

La compañía utiliza un nuevo chip T1, que mediante su propio procesador ARMv7 gestiona todas las peticiones que llegan desde el chip Intel principal a través de macOS Sierra. Posee tu propia GPU para mostrar los gráficos con independencia del resto del sistema, y está controlado por partes del sistema operativo que recuerdan mucho a watchOS. Este Apple T1 también es el encargado de la gestión del Secure Enclave - la “caja fuerte” del Touch ID - e incluso protege en esta generación el uso de la cámara frontal ante ataques de malware o similares.

t2 Este es el procesador T2 que incorpora el iMac Pro.

En el iMac Pro tenemos una evolución de este procesador, llamado T2. El equipo no cuenta con Touch ID pero sí que sirve como apoyo para aglutinar diferentes controladores de la gestión del sistema, procesado de imagen de la cámara FaceTime HD, cifrado del SSD (evitando que alguien "transplante" la memoria para ponerlo en otro equipo) y el enclave seguro.

A fin de cuentas, este procesador ayuda a descargar de trabajo al procesador principal de Intel, encargándose de tareas muy pesadas como el cifrado de disco para que sean transparentes de cara al usuario. Y así es. En ningún momento te planteas si el disco está cifrado, cifrándose o no lo está.

Desarrollo silencioso y edición de video 4K en tiempo real

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Hace unos días, nuestro compañero Julio César Fernández nos contaba su experiencia utilizando el iMac Pro durante unas horas. En concreto, afirmó esto del equipo:

Silencio, sobre todo silencio. Un silencio que transmite la potencia de una máquina de lujo que te demuestra que Apple vuelve a pensar en los profesionales y que este es solo un primer paso. Una máquina que si bien tal vez no demuestra (o no puede demostrar) todo su potencial para con el desarrollo de apps, en cuanto se refiere a videojuegos luce con luz propia y nos hace entender por qué el apellido de "Pro" tras su nombre.

[...]

Si os dedicáis al desarrollo y lo vuestro son los juegos de alto nivel con gran carga gráfica, incluso en 4K, con gráficos 3D de alto nivel y usando motores de desarrollo, esta es vuestra máquina.

Durante todas estas semanas de pruebas y uso, hay una constante con el iMac Pro. El silencio. En ningún momento hemos conseguido que los ventiladores resuenen en la habitación u oficina donde lo hemos probado. Jamás ha llegado a rugir por el esfuerzo y la carga que le hemos puesto encima. Y ha sido bastante. Esto es gracias a que la compañía ha rediseñado por completo el interior del iMac Pro, para distribuir el aire succionado por los dos ventiladores que disipa el calor interno.

iMac Pro interior

En cuanto a la edición de video, hemos dejado que nuestro equipo de video de Weblogs SL, formado por Ángela Blanco y Mario Merinowski, utilicen el iMac Pro para su trabajo durante unas horas. Tras utilizarlo para editar video en 4K y 25fps durante un buen rato, el iMac Pro les ha sorprendido por la fluidez al trabajar con este formato.

Fcp El renderizado de FCPX se muestra a la calidad real mientras se trabaja con el video.

Podían ver en tiempo real cómo estaba quedando el video mientras trabajaban en él. Y los 32GB de memoria RAM también se notaban a la hora de pasar de un programa a otro, sin ningún tipo de tirón. Ha sido como un sueño trabajar en este Mac. Tanto es así que tuvimos que llevarnos a escondidas el iMac Pro al final de la jornada.

Un equipo no modular pero que permite ciertas mejoras

El iMac Pro no es un equipo modular. No hay manera sencilla de abrir la carcasa, intercambiarle el procesador o la gráfica por uno nuevo, cerrar los pestillos y arrancarlo de nuevo. Eso no es el iMac Pro, ya que esta modularidad se reserva para el Mac Pro que nos espera en 2019 y que hemos mencionado al principio.

Puertos El iMac Pro permite mejorar algunos componentes internos pasando por el taller, pero también puede ganar mejores gráficos con una eGPU.

Dicho esto, el iMac Pro sí que admite ciertas mejoras interesantes. Una vez adquirido y con el equipo en su lugar de trabajo, se podrán mejorar:

La GPU está soldada a la placa, lo cual hace imposible que sea reemplazada de cualquier manera. Pero aquí, volvemos a lo que mencionábamos antes con las eGPU y la posibilidad de adquirir el iMac Pro con la Vega 64. En cualquier caso, modificar alguno de los componentes internos requiere que el iMac Pro pase por un quirófano cualificado y no el del taller de la esquina o arriesgarte a hacerlo tú mismo.

Es evidente que esto no es lo mismo que un equipo modular. Pero como decimos, es una posibilidad aunque sea complicada y costosa. Si lo que quieres es tener un Mac modular, de nuevo, tendrás que esperar a 2019.

Si lo tienen en negro, me lo quedo

Los seres humanos no somos racionales todo el tiempo, por mucho que pretendamos serlo. Las emociones juegan una parte importante de nuestra vida, naturaleza y decisiones. Y, a veces, el mismo producto bajo un color diferente nos vuelve locos. Hasta el punto de que somos capaces de pagar más, como fue el caso del MacBook negro de 2007 que costaba 224 dólares más que el mismo modelo en blanco.

Basta de dar rodeos. El iMac Pro mola un montón. Su gris metalizado es brutal y le da un aspecto de no-te-metas-conmigo que infunde respeto. O, al menos, hasta que alguien que ve un iMac por primera vez te dice: "Qué pantalla más chula". Luego alucinan cuando cuentas que además de pantalla tiene todos los componentes integrados en ella.

Trasera
El color gris espacial es nuevo en los Mac de escritorio, dándole al iMac Pro un aspecto bestial

Pero entre quienes conocen los equipos y los productos de Apple predomina la idea de que casi siempre son de dos colores: blancos o plateados. Por eso el iMac Pro llama la atención y deja claro que esto no es un iMac corriente.

Es evidente que nadie va a desembolsar el doble por este equipo frente a un iMac de 27 pulgadas tradicional simplemente por el color (aunque sus configuraciones máximas rozan peligrosamente el precio de un iMac Pro). Y, sin embargo, es un añadido que eleva el equipo a nuestros ojos.

Para quién es el iMac Pro

Accesorios El teclado con su sección numérica y el Magic Mouse 2 vienen en este increíble color.

Tendemos a pensar que los usuarios profesionales de Mac son una masa homogénea de necesidades similares. Pero esto no es así. Hablando con personas de diferentes carreras laborales uno se da cuenta de que no hay un usuario monolítico profesional de Apple al que la compañía debe contentar.

Teniendo esto en mente, el iMac Pro no es un Mac universal. Quienes busquen la flexibilidad de un equipo modular no se van a sentir satisfechos con sus limitadas posibilidades de mejora. Pasar por un taller cada vez que se quiera intercambiar la memoria SSD, el procesador o subir la RAM no solo encarece enormemente el proceso sino que además hace perder mucho tiempo.

Hay muchos tipos de profesionales que utilizan Mac y este iMac Pro va dirigido a una parte de ellos

El secreto de este iMac Pro es que conserva el cuerpo de un iMac. Su diseño todo en uno, con una pantalla 5K espectacular, silencioso y contundente. Con una potencia gráfica que permite trabajar en tiempo real en numerosas aplicaciones, programas y tipos de trabajo, llegando a límites que un iMac tradicional no es capaz de alcanzar. Con memoria suficiente para utilizar varios programas simultáneamente y cambiando entre uno y otro sin tirones.

Pero el iMac Pro también es el Mac en tiempo real porque ya está disponible. Aquí y ahora para quien quiera y pueda permitírselo. Sin tener que esperar a un Mac Pro renovado que llegará en un 2019 sin determinar, con sus 365 días completos.

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