Era un asunto del que nunca me había preocupado excesivamente: todos mis iPhone, desde el primero, han estado siempre protegidos por una funda. Eso sí, intentando cada vez que ésta fuera discreta o lo más fina posible y asegurándome que el equipo estuviera bien protegido. Sin embargo, hace unas semanas en una visita relámpago a Londres algo me llamó poderosamente la atención: la cantidad de gente que no protegía sus iPhone.
En realidad, la sorpresa fue doble: por un lado ver que la tendencia sobre la protección de un dispositivo (no hablo a nivel estadístico, sino puramente visual) varía de un lugar a otro, pero por otro, descubrir lo bonito que es el iPhone en estado puro. Esa misma mañana decidí, inicialmente a modo de prueba, quitar la funda a mi iPhone 6 plus.
Luciendo la esencia del producto
Siempre lo había pensado: ¿qué opinaría sinceramente Jony Ive sobre las fundas? Hay que tener en cuenta que el equipo de desarrollo (y no sólo el de Apple) se pasa meses enteros dedicados a perfeccionar hasta la última curva del equipo. Y suponemos que ver todo ese esfuerzo de creación cubierto en el peor de los casos por una funda de goma barata, tiene que ser un trago amargo para sus creadores.
Pero la decisión estaba tomada y de pronto mi iPhone 6 plus se quedó desnudo e indefenso. La primera sensación fue extraña: ¿estaba siendo un inconsciente? ¿y si se caía al suelo? Mi pensamiento rápido fue intentar adivinar cuánta gente usaba realmente funda en el iPhone, y el resultado fue demoledor: el 87% de los propietarios del iPhone lo protegían con funda. Vamos, que una ínfima parte de los mismos los llevaba sin funda.
Adiós a la funda... ¿para siempre?
Sin embargo, con el paso de los días pronto aprendí a apreciar las otras ventajas de no llevar funda. Es evidente que estéticamente el iPhone gana muchísimo, pero no tardé en descubrir otro efecto de llevar el equipo 'desnudo': en el bolsillo se nota mucho menos, se desliza como si nada y realmente es como tener la sensación de contar con un móvil nuevo. Por otro lado, por fin dejas de acumular polvo que inevitablemente se adhiere a la funda.
En definitiva, por mi experiencia el iPhone, y por extensión, todos los móviles, sin funda revive su esencia como producto. Demuestra en cada milímetro de su chasis que el diseño es perfecto tal cual ha sido creado, aunque eso sí, el peaje a pagar puede resultar demasiado caro: un rasguño en el mejor de los casos que puede tirar el precio de reventa, y la pantalla rota o algo peor si se cae al suelo.
En Applesfera | ¿Compensa usar una funda en el iPhone?
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