Mismo chasis, mismo formato y misma funcionalidad. Es cierto que el Apple Watch Series 2 llegaba también con más potencia de procesador, un chasis fabricado en cerámica, GPS incorporado, y por descontado, resistente al agua. ¿Realmente son argumentos suficientes para dar el salto? Decidí dejar de deshojar la margarita y probarlo en primera persona. Y esta ha sido mi experiencia.
Vaya por delante que mi nivel de satisfacción con el Apple Watch era ya de por sí muy elevado, sobre todo habiendo sido previamente usuario de otros smartwatch (dos Pebble y un Fitbit Blaze), pero el nuevo modelo corregía parte de las principales carencias de Watch original, así que merecía la pena, sobre el papel, subir de categoría.
Los tres grandes argumentos de Apple
"¿Merece la pena el Apple Watch 2"? La de veces que habremos escuchado esta pregunta y lo difícil que resulta responderla. Pero vamos a comenzar con los tres principales argumentos con los que los de Cupertino presentaron esta nueva versión del reloj:
- Es sumergible, y por fin puedes practicar la natación con él o bien darte un chapuzón en la playa.
- Cuenta con GPS integrado, algo que sin duda agradecen los que salen a correr y ya no necesitan llevar el iPhone encima.
- Una versión está fabricada en cerámica, un material que Apple explica que es hasta tres veces más resistente que el acero.
La otra gran novedad del Series 2 era que llegaba acompañado de la inmensa actualización a WatchOS 3, algo que por otro lado, también tocaba al Apple Watch original hasta el punto de tener uno la sensación de disfrutar de un reloj nuevo sin pasar por caja. Ahora bien ¿bastan estas tres novedades para comprar la nueva versión si ya se tiene la anterior?
La realidad en el uso diario
Lo cierto es que salvo que el deporte sea algo fundamental en tu vida (el Series 2 está netamente orientado al mundo del deporte), con el Apple Watch sería más que suficiente para las necesidades de un usuario convencional. Esa fue mi primera reflexión, pero qué equivocado estaba... El Series 2 y desde la perspectiva de un usuario del modelo original, llegó con munición pesada atacar el día a día:
- La batería dura ahora prácticamente el doble: Apple avanzó en la keynote que en Series 2 había optimizado el rendimiento de la batería, pero la realidad es que ahora se puede utilizar el reloj durante dos días sin necesidad de cargarlo.
Es mucho más rápido en la ejecución de aplicaciones, y eso se nota. La nueva versión de la plataforma llegó con evidentes mejoras en el rendimiento, pero lo cierto es que el nuevo procesador S2 mueve con mucha más alegría las apps en el reloj.
El hecho que sea sumergible hace que te olvides que llevas algo delicado en la muñeca. Sí, es un factor psicológico, pero desde mi perspectiva el cambio es brutal: con Series 2 tu única preocupación es cargarlo, puesto que el resto de la jornada puedes hacer vida normal (con baños y duchas) olvidado que lo llevas puesto.
En definitiva, se trata de un salto de versión con menos fuegos de artificio de los que inicialmente se podría pensar, pero con mucha más incidencia en el uso diario. ¿Compensa la actualización? Dependerá de las necesidades de cada uno en el día a día. Apple mantiene su Watch original en el catálogo, y eso quiere decir que sigue siendo muy vigente para el grueso del mercado.
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