¿Se puede cargar el móvil única y exclusivamente con energías renovables y sin contaminar (ni gastar) nada? La respuesta rápida es sí, puedes cargar el iPhone con energía solar y además es una experiencia muy gratificante, aunque te adelanto que tampoco es un camino de rosas. Se trata de un reto, sobre todo viviendo en la ciudad más lluviosa de España, pero era cuestión de intentarlo.
El plan era el siguiente: obligarme a renunciar por completo al cargador de la red eléctrica e intentar sobrevivir únicamente con energía solar y para ello escogí el Dodocool, un cargador que contaba con un elemento que a la postre resultaría decisivo: una batería de respaldo de 10.000 mAh. ¿Por qué era importante para mí la capacidad? Porque viviendo en el norte resulta fundamental aprovechar los días de sol para almacenar la carga.
Buscando el sol
Esta es la clave para todo quien se aventure a probar esta experiencia: hay que tener una mentalidad ‘ahorradora’ o más bien ‘recaudadora’ con los rayos de sol. Y pronto me vi localizando los puntos de sol en mi casa (por fortuna, tiene orientación sur y no sé si esta experiencia sería posible con las que sólo miran al norte). Tuve la suerte además de disfrutar de una situación anticiclónica en la que apenas ha habido días realmente nublados.
Otro aspecto a tener en cuenta en esta experiencia es que resulta necesario contar con una carga inicial, puesto que el dispositivo a cargar - en este caso un iPhone 7 Plus- requiere de ‘jugo’ desde el primer día. En mi caso aproveché la carga residual del Dodocool (dos puntos de cinco) para comenzar las pruebas, aunque luego vería poco a poco aumentar los puntos de carga.
Pero… ¿carga o no?
Debo confesar que los dos primeros días la experiencia fue un tanto frustrante: la placa solar apuntaba de lleno al astro rey pero tras una jornada completa de iluminación tardé dos días en lograr alcanzar los 4 puntos de carga (sobre los 5 totales). Algo no parecía ir bien y alimentaba uno de mis mayores temores: que la carga del iPhone fuera superior a la energía recogida del sol. Eso implicaría que el experimento terminaría en unos pocos días, o hasta que se agotara la batería residual.
Pero no. Al tercer día de solazo el indicador del Dodocool alcanzó su máximo de carga, y la excelente noticia es que no se ha movido de ahí desde entonces. Es como si la batería hubiera vencido una barrera psicológica (o realmente física) y ahora se hubiera acomodado en la parte máxima de carga. Puede parecer una tontería pero fue en ese momento cuando comencé a creer que la experiencia sería un éxito , y realmente puedo decir que lo ha sido.
La realidad es que el buen tiempo -poco habitual en esta época del año- me ha dejado la sombra de la duda, pero lo cierto es que el cargador ha superado los días de nubes gracias a su gran capacidad, y creo que este aspecto es clave. Los 10.000 mAh darían, teóricamente, para tres cargas completas del iPhone, pero en realidad la placa solar también recibe cierta carga los días nublados. ¿Compensa económicamente? Realmente, no, pero la idea de no depender forzosamente del enchufe (apagones, salidas al monte etc.) es lo que le hace realmente atractivo al producto.
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