Así 'domoticé' mi casa gestionándola desde el iPhone

Así 'domoticé' mi casa gestionándola desde el iPhone

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Así 'domoticé' mi casa gestionándola desde el iPhone

Todo comenzó de forma casi accidental. Era una época de muchos viajes y en invierno, llegar a las once de la noche con la casa helada comenzó a ser un problema. Sí, es cierto que podía usar el programador del termostato, pero al final me aburrí por lo complejo del asunto y lo pesado de la interfaz, así que comencé a indagar por internet una solución parcial para al menos el tema de la caldera.

Mi primera parada fue localizar algo tan sencillo como un interruptor enchufable que pudiera activar remotamente, y encontré lo que parecía buena solución: el Tuta S30, un dispositivo muy básico con el que me comunicaba mediante SMS y lo cierto es que hacía su función. Sin embargo, pronto comencé a encontrar sus limitaciones y avancé hacia un sistema más completo que cubriera los siguientes ámbitos: calefacción, iluminación y seguridad.

Calefacción

El veterano Tuta me dejó un grato sabor de boca: poder encender la calefacción a dos horas de distancia de casa garantizaba encontrarte un hogar a temperatura de confort y sin grandes dispendios. Pero además de necesitar una SIM y su coste añadido, este sensor no proporcionaba la temperatura real dentro del hogar y por supuesto, la capacidad de configuración era muy limitada. Así que tras indagar entre las opciones existentes el mercado, me decidí por Wattio, una empresa española que cuenta con una completa gama de productos domóticos compatibles con iPhone, y el salto fue considerable.

El primer producto de la familia que incorporé a mi incipiente domotización del hogar fue el Pod, un conector para el enchufe que cuenta con una gran capacidad de personalización, y que es compatible con la varita mágica de todo sistema domótico que se precie: IFTTT.

Así es, son múltiples las 'recetas' disponibles e incluso el propio sistema te permite establecer tus reglas, pero básicamente lo que pretendía es mantener la caldera apagada (la casa me confirmó que no habría ningún perjuicio por este motivo) siempre que no estuviera en uso y por un motivo: además del llamado 'consumo fantasma', mi caldera cuenta con un sistema instantáneo de agua caliente que mantiene un depósito a temperatura elevada en todo momento. Algo que en realidad no compensa el punto de confort con el sobrecosto de mantenerlo.

Un sistema domótico permite al usuario disfrutar de la tranquilidad al saber que todo está bajo control mientras nos ausentamos del hogar

Básicamente, la configuración consiste en apagar la caldera por las noches (por la mañana se enciende automáticamente a las 6h) y hacer lo propio cuando me alejo del domicilio mediante otra regla con la que se puede crear un radio de proximidad. El sistema lo complementé al poco tiempo con un termostato inteligente también de la casa que me ofrece la lectura de la temperatura del hogar, y me alerta cuando ésta es muy baja, permitiéndome encender todo a distancia.

Iluminación

Animado por el excelente resultado en lo que respecta a la calefacción y el ahorro energético, me decidí por ampliar mi pequeño sistema con una serie de bombillas Hue de Philips, pero ya te adelanto que en este caso, la satisfacción no se ha acercado a la obtenida en el punto anterior. Es cierto que resulta muy interesante poder adaptar la iluminación y personalizarla al gusto de uno, pero en mi caso, no he encontrado una utilidad que realmente compense la inversión llevada a cabo.

La única realmente justificable sería la de la seguridad, por simular la presencia en el domicilio, pero en lo personal, no encontré inicialmente una ventaja real a las bombillas conectadas.

Sin embargo, el asunto cambió notablemente cuando combiné las Hue con IFTTT, aunque no desde el punto de vista de la iluminación en sí, sino como sistema de notificaciones. Y en este punto el asunto se volvió realmente divertido: configuré alertas para las llegadas de nuevos correos electrónicos y lo que resultó más interesante fue configurar un tono diferente de luz cuando fuera a llover. Pero al final, se trata más de una curiosidad que un aprovechamiento real de una necesidad.

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Seguridad

No sucedió lo mismo con el siguiente paso en la automatización de sistema del hogar, y es que la seguridad es un de los terrenos donde más puede crecer la domótica. Básicamente, un sistema domótico permite al usuario disfrutar de la tranquilidad al saber que todo está bajo control mientras nos ausentamos del hogar y para lograr esto opté nuevamente por Wattio, con una instalación mínima consistente en un sensor de movimiento y otro de apertura de la puerta.

La idea es ir ampliando la instalación con una sirena y más adelante una cámara con la que ver lo que sucede en caso de intrusión (o simplemente para ver que el perro no haya destrozado nada).

En la actualidad, el sistema alerta mediante una notificación push en el iPhone de la apertura de puertas y también si se detecta algún movimiento en la zona del hogar donde está presente el sensor. Es cierto que no es el sistema más seguro ante el asalto de los cacos, pero sí el que más información me puede dar de lo que sucede en el hogar, sobre todo cuando complete el sistema con una cámara conectada al gateway.

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