Kevin Lynch, el máximo responsable del Apple Watch, no dudó un sólo segundo en afirmar al público que abarrotaba el auditorio del Bill Gaham en pleno WWDC 2016 que él se ponía "el watchface de Mickey" los fines de semana. Y es que Apple siempre lo ha tenido claro: el Watch es una plataforma sobre la cual cada usuario va configurando las opciones que considere necesarias.
Se trata de un planteamiento que los de Cupertino conocen muy de cerca con el iPhone: un equipo que sirve de base para que los desarrolladores creen las aplicaciones que posteriormente escojan los usuarios de manera que cada uno lo configure a su manera. Ahora bien ¿cuál es escoger y por qué?
Conviene dedicar cierto tiempo a escoger aquellas complicaciones que sean más útiles al usuario.
Por qué Apple no quiere perder el control de los watchface
Lo primero que me llamó la atención al llegar al Apple Watch es la escasez de esferas disponibles para el usuario. Apple no ha querido perder el control en el desarrollo de watchfaces y por el momento no permite la entrada de terceros. Por otro lado, la marca tampoco es que sea muy generosa en el catálogo disponible ¿Por qué es así? Porque en realidad los watchface son mucho más que interfaces en el Apple Watch.
La firma explica que desea que los watchfaces sean "un reflejo" de la persona y de ahí que el usuario pueda personalizar las complicaciones y colores, pero dentro del catálogo ofrecido por la casa. Apple no quiere perder el control de la experiencia del usuario y por eso el único verdadero margen de control que permite al usuario son las complicaciones
El poder de las complicaciones
Se trata, como hemos comentado, del único margen de control -además del estético- que Apple concede al usuario a la hora de configurar su Watch. Y conviene dedicar cierto tiempo a escoger aquellas que sean más útiles al usuario. La idea de los smartwatch es que sean fundamentalmente útiles y ahorren tiempo al usuario. Sabiendo esto...¿cómo escoger las que más nos convienen? Con el tiempo he aprendido que la fórmula del éxito depende de estos dos elementos:
- Rapidez: es difícil saber al cabo del día cuántas veces giramos la muñeca en busca de información (que no sea la hora, claro está), pero a buen seguro que la mayoría de las veces será buscando algo en concreto. Se trata de localizar esa necesidad que de un vistazo nos dé la respuesta. En mi caso he encontrado que la complicación de Fantastical me da en un giro la hora de la siguiente cita o reunión. Rápido, simple y efectivo.
- Frecuencia: Al igual que hemos localizado esa información a la que recurrimos con frecuencia y de un vistazo en el Watch, es conveniente hacer lo propio con esas acciones más cotidianas en nuestro reloj. En mi caso, la activación de Sleep++ para comenzar la monitorización del sueño, y el temporizador para medir espacios de tiempo en el trabajo.
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