La música es una de las partes más importantes de nuestra vida. Nos puede transportar al pasado, al futuro o hacernos vivir más intensamente cada momento del presente. Es capaz de transformar una actividad física en una aventura, darnos un último empujón cuando necesitamos fuerzas, o evadirnos de donde estemos simplemente poniéndonos unos auriculares en el oído. Para muchos, la música es el alma de la tecnología.
Para Apple, es incluso parte de su filosofía. Con ella se inició una revolución musical con el iPod, nos hizo darnos cuenta de lo maravilloso que puede ser llevar 1000 canciones en nuestro bolsillo, para algunos era toda la música de su librería - que en aquellos momentos comenzaba la transición al mundo digital desde los soportes físicos. Con iTunes y su tienda musical se popularizó la compra de música en Internet, preparando la llegada de los grandes jugadores del streaming, como Spotify o el propio Apple Music.
“Siri, pon música”: desde que el asistente personal de Apple acompañó a Apple Music, utilizarla para buscar canciones o álbumes nos hace sentirnos en cierta forma, en el futuro. CarPlay eleva esa posibilidad aún más lejos y nos hace preguntarnos qué opinaría de aquella pantalla en nuestro coche - que nos habla y entre otras cosas nos pone música - nuestro niño interior que creció en los 80 con “El Coche Fantástico”. La reinvención de ciertas cosas siempre parte de la simplificación de lo complejo, mejorar lo que se puede hacer mejor y convertir un producto de tecnología en algo que parece no tenerla.
AirPods, una bienvenida de ciencia ficción
La pequeña caja en la que se protegen los AirPods ya nos anticipa que - pese a verlos en muchas publicaciones antes - van a ser mucho más pequeños de lo que pensábamos. La primera sorpresa - que continúa conforme seguimos tocando el producto en nuestras manos - es que estamos ante algo diferente. Una pequeña cápsula, de poca más envergadura que un Apple Watch de 42mm, nos lanza un mensaje importante: este producto no es como te lo esperas.
La caja casi parece sacada de una película de ciencia ficción: un estuche pulido en blanco - del material que nos tiene acostumbrados Apple, por ejemplo, con el que se construyen los cargadores o los EarPods - que cuenta con un conector Lightning inferior para carga. Por un lado, una hendidura blanca para poder subir la capucha superior. Por el lado contrario, se aprecia una pequeña franja metálica sobre la que se ha construido la bisagra para la apertura. En todo momento abrir el estuche es cómodo y rápido.
Una vez abierto, ahí están: dos figuras conocidas si alguna vez hemos utilizado los EarPods, con una pequeña luz verde que indica la carga de la batería. Incluso esto se ha diseñado de forma que no se necesite ningún marcador más para saber lo que muestra: si hay algún AirPod en el estuche, muestra su nivel de carga, o el de ambos. Si no hay ningún AirPod, entonces muestra el nivel de carga del estuche en si mismo, ya que sirve tanto como recipiente de protección como base de carga.
El diseño, espectacular incluso conociendo los auriculares predecesores, al sacarlos nos damos cuenta que son prácticamente idénticos aunque esta vez el cuerpo de cada auricular es un poco más grueso que en los EarPods, para poder albergar la batería. Si los comparamos lado a lado, lo veremos más evidente:
La importancia del chip W1
Si hay algo vital en este nuevo producto de Apple es el nuevo chip W1, diseñado con el objetivo claro de hacer que las conexiones inalámbricas dejen de ser un problema y se vuelvan más sencillas. Esto ocurre desde el mismo momento en que emparejamos nuestros AirPods al iPhone: simplemente acercarlos y abrir el estuche servirá para que la pantalla del teléfono nos permita la conexión pulsando sólo un botón. Y ya está. A partir de ese momento, al abrir la tapa veremos la información de los dispositivos, y en su ficha de conexión podremos ajustar ciertos parámetros:
Apple ha querido facilitar la conexión con los dispositivos, pero también su uso dentro del ecosistema: al conectar los AirPods a un iPhone, iPad o Mac, inmediatamente los tendremos disponibles en cualquier dispositivo de la compañía en el que iniciemos cuenta con iCloud, incluyendo el Apple Watch.
Cualquier teléfono, o producto que cuente con Bluetooth: los AirPods funcionarán con cualquier dispositivo al que se puedan conectar auriculares inalámbricos mediante esta tecnología. Sólo que con los productos Apple, el chip W1 hace cierta magia para lograr este emparejamiento de la forma más sencilla que hemos visto hasta ahora.
El chip W1 también hace muchas cosas más: controla los acelerómetros de los auriculares, encargados de despertar a Siri cuando les damos un toque - lo podemos configurar también para que pause o continúe reproduciendo la música - y gestiona los distintos sensores con lo que cuentan los AirPods, para por ejemplo detener el sonido cuando nos quitamos uno de ellos, o alguno de los micros exteriores para utilizar la cancelación de ruido. En muchos aspectos, llevaremos un pequeño ordenador en nuestros oídos, encargado de hacer mucho más que proporcionarnos música: también, nos proporcionará la mejor experiencia con ella, integrando estos movimientos habituales sin complicarnos con más controles o botones.
La calidad del sonido en los AirPods
En grandes líneas, la calidad es sensiblemente mejor que en los EarPods que todos conocemos, pero notablemente superior en cuanto a la potencia del sonido. Unos muy buenos graves, sonido detallado y con fuerza. Aquí cabría destacar el gran trabajo que hace el mencionado chip W1 a la hora de gestionar la cancelación del ruido: cuando los probé por primera vez en San Francisco durante la keynote de principios de septiembre, me gustó mucho como aún habiendo bastante ruido en la sala repleta de periodistas, el sonido continuaba siendo nítido, claro y sobre todo, potente.
Teniéndolos en el día a día he corroborado gran parte de lo que descubrí allí: cómo una cafetería abarrotada de gente se torna más tranquila gracias a Catch & Release, de Matt Simons, o como se puede mantener una conversación de teléfono perfectamente aún no contando con las mejores condiciones sonoras. Un aspecto a destacar también aquí: Siri. A pesar de que echo en falta algún botón extra o combo de toques para pasar a la siguiente canción o retroceder a la previa, tener Siri a mano para pedirle que baje el volumen, te ponga un tema determinado - o cualquier otra pregunta que queramos hacerle - es mucho más útil de lo que imaginaba.
Y es importante porque esta cancelación de ruido hace que hablar con el asistente personal de Apple se pueda hacer también en condiciones complicadas a nivel de sonoridad. Un fantástico trabajo - tecnológicamente hablando - el conseguirlo en un dispositivo tan pequeño y complicado a priori, sobre todo por el control preciso que debe llevar de la batería, como los AirPods. Apple nos dice que es el propio chip W1 el que también se encarga de moderar la carga de la batería y que el propio chip consume muy, muy poco.
La conexión de los AirPods con el dispositivo emisor de la música - ya sea un iPhone, un iPad, un MacBook Pro o una tele Samsung - ha sido perfecta en todos los casos, sin cuelgues o pérdidas de conexión. Se entiende el cuidado de la compañía por exprimir y asegurarse de que el producto funcione así, después del retraso de las últimas semanas. No existen diferencias de calidad o conexión entre los distintos dispositivos de origen de entre todos los que he probado.
… Y no, no se caen
Era gracioso ver en aquella sala después de la keynote del 7 de Septiembre como todos los periodistas hacían lo mismo: mover la cabeza como cualquier guitarrista emocionado, para ver si aquel invento se cae. No no se caen. Como tampoco quería arriesgarme a escribirlo sin probarlo más extensamente, he aprovechado este fin de semana - cuando el temporal que azotaba la costa mediterránea me ha dado una hora de tregua - para salir a correr con ellos.
Media hora después - fina lluvia incluida, y tampoco tuve problema con esto por cierto - los AirPods estaban en su sitio, y no he tenido necesidad de reajustármelos o apretarlos más. Hay que tener en cuenta que, aunque parezca lo contrario, que estos auriculares no lleven cable los convierte en menos propensos a los tirones accidentales, y sobre todo no tenemos algo que tira de ellos hacia abajo constantemente. Yo dejé de salir con los EarPods con cable precisamente porque se me caían por él, pero los AirPods se mantienen en su sitio. Eso si, ojo: estos dispositivos sólo se venden en una única forma y tamaño, y no incluyen adaptadores - que si que venden terceras marcas - para acomodarlos a todo tipo de orejas, por lo que si los originales os molestan o no se quedan en su sitio, con éstos probablemente os pase lo mismo, aunque su forma y poco peso quizás favorezca más su estabilidad en este caso.
En cualquier caso, y aunque estos AirPods cumplen su función perfectamente para el deporte, mi consejo es que busquéis algo con más resistencia como los Powerbeats3. Estos están construidos en un material que admite mejor el sudor y las inclemencias del tiempo, además de contar con un arco de sujeción que asegura que no se moverán de su sitio de ninguna forma posible. Este modelo cuenta también con el chip W1, con lo que os podréis beneficiar de todas las ventajas que hemos visto en un formato más “deportivo”.
La batería, bien resuelta
Uno de los mayores problemas con el que los ingenieros se habrán encontrado a la hora de dotar a estos diminutos dispositivos de autonomía, es sin duda la batería. Como no estamos hablando de un diseño con un cable que conecte ambos - por ejemplo, los Powerbeats3 que mencionaba antes, cada auricular debe gestionar la suya propia. Aquí podemos hablar de batería en dos tramos: la autonomía propia de cada uno de ellos, hasta 5h según Apple y en el que coincido según mis tests, y más de 24h al utilizar el estuche de carga con ellos.
Es muy útil como han diseñado el estuche: primero, evita que se pierdan, ya que incorpora una suerte de MagSafe en cada uno de los huecos donde se guarda cada auricular, de forma que inmediatamente el estuche los “atrae” hacia el fondo dejándolos bien pegados a él - y cargándolos al instante, por cierto. No se caen si giras el estuche, no se perderán si el estuche se abre aunque estén del revés o se zarandeen. Y me refiero a zarandearlos con fuerza, con el estuche abierto. Es importante porque este contenedor los protege manteniéndolos juntos y cargándolos. Echo en falta quizás algún aviso o chivato - Siri, aquí habrías venido muy bien - cuando uno de los auriculares se separa del otro, por ejemplo, aunque es bastante improbable que se desprendan del estuche y si se te caen de la oreja la música se detiene y te darías cuenta, ciertamente.
Un detalle, cuando tenemos prisa por usarlos y se nos ha olvidado cargarlos: una carga de 15 minutos dan capacidad para 3 horas de música, con lo que siempre los tendremos a punto para utilizarlos incluso aunque nos despistemos. En mis pruebas, estas cargas de corta duración duraron alrededor de tres horas, en efecto, manteniendo siempre el volumen al 50% - 60%.
Conclusiones
Muy sorprendido después de haberlos probado por fin en casa - y fuera de ella - creo que estos AirPods son firmes candidatos a ser uno de los nuevos productos mejor diseñados por Apple, tanto en apariencia física como en funcionalidad y experiencia de uso. Es realmente interesante utilizarlos y comodísimo configurarlos, cambiar entre fuentes, la pausa al quitarlos, utilizar Siri de forma cómoda… da la sensación de ser un producto con muchas horas de ideas detrás para tratar de dar forma algo simplificado y natural, evitando añadidos forzados o complicando la tecnología.
La apariencia al llevarlos puestos es algo que sorprende: estamos tan acostumbrados al icono que son los ya míticos EarPods, que ver éstos sin cables en las orejas de alguien puede resultar raro. Creo que el tiempo normalizará esto: mientras he utilizado mis AirPods he visto alguna cara de sorpresa pero también alguna pregunta e interés por el producto. ¿Podría Apple diseñarlos con otra forma? Es posible, pero en esta primera generación creo que era apropiado marcar la transición al mundo inalámbrico eliminando precisamente eso del diseño, y optimizando el mismo, precisamente por ser un icono en si mismos.
En mi opinión, uno de los grandes regalos de navidad para los aficionados al ecosistema Apple que utilicen auriculares en su día a día: si bien quizás los materiales de construcción los aleja de la calidad del sonido de la gama alta - quizás Apple podría plantearse unos “AirPod Pro” para sibaritas y expertos oyentes - para la gran mayoría estos AirPod son un producto fantástico como concepto y como idea llevada a la práctica, que sorprende cuando los tocas y los escuchas en persona. Un gran paso para tener a los auriculares dentro de la comunidad de “objetos inteligentes”, con el savoir-faire de la mejor Apple.
En Applesfera | Cómo configurar, personalizar y utilizar los AirPods de Apple: La guía definitiva
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