Affinity Photo, Designer y Publisher V2, análisis: una de las mejores suites creativas para Mac y iPad

La suite de Affinity ha recibido un montón de novedades con la llagada de su Versión 2. Novedades que hacen de esta suite de aplicaciones de retoque fotográfico y diseño gráfico una de las mejores alternativas para el trabajo creativo tanto en nuestro Mac como en nuestro iPad. Una actualización de lo más interesante que hemos podido probar en profundidad y que representa una evolución más que interesante.

Y eso que partimos que la primera versión de la suite de Affinity, compuesta por Affinity Photo, Affinity Publisher y Affinity Designer, ya eran todo un referente. De hecho, hace pocas semanas os conté por qué uso Affinity Photo como aplicación de retoque y como el no tener suscripciones y orientarse a entornos Apple es solo el principio de la historia. Ahora, con la V2 ya disponible tenemos aún más razones para considerar Affinity en nuestras tareas creativas.

Una suite de pago único sin suscripciones, más opciones de compra y grandes novedades en el iPad

Antes de empezar hagamos un repaso rápido a qué ha sucedido con la actualización y qué novedades se han presentado. Primero tenemos que recordar que si en su momento compramos cualquiera de las aplicaciones de Affinity, tanto en su versión para Mac como en la del iPad podemos seguir disfrutando de ellas indefinidamente. Esto es algo muy importante, pues se trata de apps de pago único.

Este mismo pago único sigue presente en la V2, aunque debemos volver a pagar por caja para disfrutar de todas las novedades. El sistema que Seriff ha previsto para la distribución de las aplicaciones es de lo más inteligente. Descargamos las aplicaciones directamente del App Store tanto en el Mac como en el iPad y, una vez en ellas, tenemos la opción de comprar la licencia directamente en la tienda de Seriff o a través del App Store.

Así, tras pasar los 30 días de prueba gratuita, podemos hacernos con las aplicaciones de la forma que nos sea más conveniente. Si escogemos Seriff con simplemente iniciar sesión con nuestra cuenta tendremos acceso a la aplicación. Affinity, pues, sigue siendo una suite de un solo pago, sin suscripciones.

Podemos optar por comprar todas y cada una de las seis aplicaciones de forma individual (contando las versiones de Mac y de iPad) o bien hacernos con una licencia universal que nos permite disfrutar de toda la suite en todos los dispositivos que tengamos. Una opción muy atractiva que, además, llega con un 40% de descuento durante el lanzamiento.

La otra gran novedad de esta actualización es que, si bien hasta ahora solo disponíamos de Photo y Designer en el iPad y dejábamos Publisher solo para el Mac, ahora la app de maquetación llega también al iPad. Esto significa que podemos trabajar en nuestros proyectos de retoque fotográfico (Photo), de diseño vectorial (Designer) o de maquetación (Publisher) estemos donde estemos.

Mejorando lo excelente en rendimiento y funcionalidad

Vistas las novedades en estrategia y actualización, pasemos a hablar de las aplicaciones en sí. Empecemos por el rediseño, un factor común a todas ellas, antes de hablar de específicos de las diferentes partes de la suite. Un diseño que ha cambiado lo suficientemente poco como para que sigamos encontrando en su sitio, y ha cambiado lo suficiente para marcar una diferencia en cómo usamos las aplicaciones.

Las interfaces de Affinity siempre se han caracterizado por su limpieza y por la utilización de un lenguaje de diseño muy cercano al que propone el Mac de forma nativa. Además de la barra de herramientas superior y de la barra de herramientas contextual, justo debajo de ella encontramos el panel de herramientas en la parte izquierda y las paletas en la parte derecha.

En la versión 2 de la suite el diseño se vuelve más refinado. Se elimina complejidad en algunos iconos y se aporta un color más marcado que ayuda a que diferenciemos rápidamente las herramientas. Toda la interfaz es más sobria y lo vemos en detalles como los puntitos para modificar la visibilidad de las cámaras o en el selector de colores.

Los cuadros de diálogo han redistribuido muchas de las opciones, moviendo lo que más utilizamos a la parte superior de las ventanas o dándole mayor protagonismo. En varios días de uso, debo decir que se puede hacer más de forma más sencilla. Y es algo que tiene mucho mérito, pues evolucionar una herramienta dotándola de más funciones puede fácilmente ser sinónimo de menús eternos y de opciones muy intrincadas, justo lo contrario de lo que consigue Affinity en toda su suite.

Donde más cambios se nota es en las versiones para iPad, que ahora incluyen un nuevo menú rápido para acceder al portapapeles y a nueve operaciones personalizables, el control de comandos, para asimilar el flujo de trabajo al de escritorio y más. Encontramos un Modo compacto para las paletas y una barra contextual nueva, mientras que hay nuevos controles deslizantes para algunos atributos de pinceles y herramientas similares.

Del rendimiento también debemos hablar, pues se nota una clara diferencia. Si la versión anterior ya funcionaba muy bien sobre Apple silicon esta simplemente vuela. Se nota en los pequeños detalles. Puede que para exportar nuestro súper dibujo con miles de capas en DWG tardemos los mismos 5 o 10 segundos que antes, pero en arrastrar una capta y poder moverla al instante, en ver cómo se actualiza un vector en tiempo real o en aplicar efectos y correcciones a las fotos notaremos una fluidez mucho mayor. Lo que, por lo menos en mi opinión, es fundamental, no solo por una mayor productividad, sino porque microretrasos en tareas habituales son realmente desagradables a la hora de trabajar.

Muchas más herramientas, más opciones que nunca

Entrando ya en detalles, empecemos con Affinity Designer, que ahora nos permite deformar vectores de forma no destructiva par aplicar a textos o ilustraciones. También podemos sumar y restar formas para generar nuevas líneas o usar la herramienta de cuchillo para cortar cualquier forma curva o texto de forma rápida.

Pasando a los proyectos de arquitectura que me tocan de cerca, y también a los de ingeniería, ahora podemos medir longitudes y áreas de los objetos. Podemos, también, ver el efecto de Rayos X, que nos permite ver la composición de un elemento y también importar archivos DXF y DWG, estándares del diseño por ordenador.

En Affinity Photo ahora el revelado RAW se vuelve no destructivo, por lo que siempre podemos volver atrás y modificar el revelado incrustado en el archivo o enlazado externamente. Podemos aplicar máscaras en tiempo real, por ejemplo, creando una máscara basada en un color específico, una que se centre en los bordes de la imagen u otra que enmascarará en función de la luminosidad. Las máscaras, además, se pueden combinar de forma no destructiva para crear nuestras composiciones.

Las deformaciones en malla ahora son no destructivas, con lo que podemos hacer modificaciones a posteriori sin tener que duplicar capas y gestionar manualmente el historial de cambios. Por último, encontramos un nuevo motor de pinceles que nos ofrece más opciones a la hora de controlar la distancia, interpolar la punta y que mejora el rendimiento y la precisión notablemente.

En Publisher ahora podemos combinar los documentos separados como capítulos para crear una única publicación. Lo haremos sincronizando automáticamente los números de página, tablas de contenidos, índices y estilos de todo el documento. Un recurso fundamental para un maquetaje colaborativo. Mejoran las herramientas de notas al margen o al pie y llega la posibilidad de crear un único diseño que se repita automáticamente en todo el documento hasta que se coloquen todas las imágenes que queramos. En el montaje también podemos modificar la visibilidad de las capas de los archivos enlazados, directamente en nuestro documento.

Como hemos empezado diciendo, una suite de lo más capaz, con un rendimiento realmente sorprendente, con miles de opciones y a un precio único, sin suscripciones. Una gran alternativa a herramientas más conocidas como Photoshop y que nos da ahora más motivos para seguir disfrutando de todo el trabajo creativo en un único lugar, aunque trabajemos desde diferentes dispositivos.