Con la entrada de Apple en el mercado de la domótica hace tres años, este sector ha avanzado más que en todos los anteriores. Sin embargo, no ha sido la única compañía tecnológica que ha intentado hincarle el diente. Google presentó un año después de la introducción de HomeKit, la solución domótica de Apple, su propio proyecto llamado Brillo. Pero el que más está haciendo por conquistar nuestros hogares es un competidor inesperado: Amazon.
Echo y Alexa, un matrimonio perfecto
Amazon salió escaldado de su intento por entrar en un mercado saturado e hipercompetitivo con su Fire Phone. Un dispositivo que, efectivamente, ardió pero no de éxito. A pesar de este estrepitoso fracaso, la compañía fundada por Jeff Bezos ya tenía un proyecto en la recámara. Se trataba del Amazon Echo, el primer altavoz para el hogar que integraba en su interior a un asistente virtual.
El producto se llamaba Amazon Echo y Alexa era su asistente encargado de darle humanidad. En la actualidad seguimos sin saber cuántas unidades se han vendido. Algunos estudios afirman que se han vendido 5 millones en dos años. Lo cierto es que Amazon y Bezos siguen escondiendo las cifras de ventas oficiales.
Sea cual sea el resultado real, quienes lo tienen están muy contentos con su uso. Amazon Echo está disponible únicamente y de manera oficial en EEUU, Reino Unido y Alemania. A pesar de esto, Alexa está acaparando una atención que Amazon está sabiendo capitalizar para sus propios intereses.
En el pasado CES de Las Vegas, Amazon anunciaba una miríada de alianzas con otros fabricantes para llevar a su asistente personal a todas partes. Frigoríficos, routers, altavoces, robots, smartphones y lámparas. Amazon no sólo ha alistado a varios fabricantes sino que además cuenta con numerosas "habilidades" que se integran en su plataforma. Un punto que recuerda a las apps de Apple.
HomeKit y el debate de abierto y cerrado
Amazon Echo está acelerando su integración con productos domóticos a una velocidad que lleva a muchos a pensar si Apple está haciendo lo correcto con HomeKit. Amazon solo exige el envío del código de software y el testeo de un producto domótico en un laboratorio ajeno para ganarse la certificación de "Funciona con Alexa". Una estrategia que está atrayendo a numerosos fabricantes interesados.
Mientras tanto, Apple obliga a los fabricantes a colocar un chip específico, enviar productos de prueba a Cupertino y, ahora, que se fabriquen en instalaciones certificadas para recibir la etiqueta de HomeKit. Todo ello no solo encarece el precio de los productos compatibles sino que además alarga el proceso de salida al mercado.
Menor variedad, precio más elevado. Todo por el control que Apple quiere ejercer en su incipiente plataforma domótica. Algo que puede provocar que el mercado se le escape a la compañía. ¿No hemos oído esta historia antes? Es el viejo debate de los sistemas abiertos (o relativamente abiertos) y los cerrados (o jardines vallados).
Cada uno tiene sus ventajas y aunque en el pasado se ha criticado a Apple por su filosofía de control, lo cierto es que ha sabido atraer a una porción muy valiosa del mercado. Una parte pequeña, sí, pero rentable al fin y al cabo. Sucedió con el Mac, sucedió con el iPod, después el iPhone, luego el iPad y todo indica que con el Apple Watch también.
Sin embargo, la intuición nos dice que esta vez Apple apuesta por la visión correcta. Los ataques que han sufrido y sufren los productos conectados y domóticos encierran un peligro mucho mayor que el de infectar un ordenador. Tomar como rehén a un frigorífico inteligente, el termostato conectado o la cerradura de casa han dejado de ser una posibilidad para convertirse en una realidad.
HomeKit no es impermeable a los ataques, pero ofrece un nivel de confianza superior al usuario medio. Veremos cómo se desenvuelve el mercado domótico en los próximos años.
En Applesfera | Elgato Eve Energy para HomeKit, análisis: quiero uno de estos en cada enchufe de mi casa.
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