Sigo esperando que Apple presente un NetBook, o un ultraportátil realmente ultraportátil. Para mí, las dimensiones que cuentan en un portátil son el largo y el ancho, no el grosor del mismo. Así, el MacBook Air, pese a ser liviano y con un borde que podría utilizarse para afeitarse si estuviera un poquito más afilado, no entra en mi concepto de ordenador ultraportátil.
¿Si Apple vendiera un Netbook con Mac OS X, utilizando la misma plataforma que utilizan los NetBook existentes, cubriría mis expectativas? ¿Qué tal si probamos a instalar el sistema operativo en un NetBook que puede encontrarse por 400 euros, tiene 160 GB de disco duro, 1GB de RAM ampliable a 2 GB, pantalla de 10 pulgadas, teclado con tamaño prácticamente igual a un teclado normal (es un poco más reducido), wifi (802.11n), bluetooth, trackpad multitáctil, batería de seis celdas de 6600 mAh, lector de tarjetas SD, tres USB, webcam integrada de 1.3 Megapíxeles, salida vga y puerto ethernet? Me refiero al Asus eee PC 1000H, el cual, curiosamente, es uno de los netbook que más se utilizan para convertirlos en “hackintosh”.
Salgamos de dudas. Como experimento, vamos a ver cómo se comportaría el mismo con Leopard.
No voy a ocuparme de la instalación del sistema operativo, ya que hay numerosos sitios web en los que se detalla el “modus operandi”. De lo que sí que voy a hablar es de la experiencia de usuario, y de por qué creo que Apple debería sacar un ultraportátil y no dejar de lado las corrientes del mercado, por mucho que Apple quiera centrarse en productos con imagen de calidad. Al fin y al cabo, los mp3 más vendidos son los iPod, y Apple comercializa con éxito el iPod Shuffle.
Pero volvamos a lo que nos ocupa. El arranque desde cero, desde que aparece la pantalla gris con la manzana, hasta que Leopard ruge con todo su esplendor es alrededor de 40 segundos, perfectamente aceptable. Core Animation funciona, podemos ver en el Dashboard cómo los nuevos widgets hacen el efecto de agua al abrirlos. El ordenador, pese a tener un micro Atom a 1.6 Gigas de nucleo único, abre con soltura las aplicaciones. El test GeekBench arroja unos 904 puntos, lo que lo situaría por encima de un iMac con procesador G5. Las aplicaciones se abren y se ejecutan razonablemente bien. La videocámara integrada, aunque tiene un refresco sensiblemente inferior a la de un Mac de verdad, es utilizable para hacer videoconferencias. Incluso funcionan los efectos especiales en iChat, cosa que en mi venerado PowerMac de 12” no funcionan.
Hablemos de la posibilidad de actualizar el hardware. Cambiar la memoria, el disco duro, o incluso la tarjeta wifi por otra que sea reconocida nativamente por el portátil supone menos de 5 minutos. Sólo hay que quitar cuatro tornillos y abrir una tapa. Ya está. Impresionante. Y, por hablar de hardware, la pantalla se ve bastante bien y tiene un buen nivel de brillo y es mate, como preferís muchos de vosotros. Y al cerrarla entra en reposo, y sale del mismo al abrirla y pulsar cualquier tecla. La salida VGA permite conectar un monitor y tener un escritorio expandido.
Después de dar la manita de cal, vamos con la de arena. El ahorro de energía no funciona bien, lo que hace que la batería dure unas 3 horas y pico, frente a las 5 horas de uso en Windows. Los botones propietarios para cambiar sobre la marcha la resolución de la pantalla, abrir Skype, poner en reposo y demás no funcionan. El micrófono integrado no funciona, el sonido funciona gracias a un apaño que podéis encontrar aquí. El puerto ethernet no funciona, lo que supone que no podremos conectarlo por cable a internet, salvo que compremos un adaptador como el del MacBook Air, que al parecer funciona correctamente. La carcasa, de plástico, no transmite una sensación de alta calidad, y es un atractor de todo tipo de huellas dactilares. En cuanto a compatibilidad de software, la única que he encontrado es que Office 2004 no funciona, hay que tirar de OpenOffice (que he probado que funciona) o de Office 2008, que al parecer sí funciona.
¿Mi veredicto? En cuatro palabras: No es un Mac. Es un hackintosh, un apaño. Un apaño que funciona (las cosas que funcionan, claro está), pero que exige mucho más esfuerzo que un Mac, donde todo funciona a la primera y con mínimo o nulo esfuerzo por nuestra parte. La calidad de la carcasa tampoco se acerca a Apple, con lo que hay que dar parcialmente la razón a Steve Jobs. Pero claro, cuesta 400 euros, se puede meter debajo de un DIN A4 y todavía sobra papel para cubrirlo. Además no pesa nada y no da pereza sacarlo de casa. Una pena que Apple no saque uno por 500 euros. Sigo pensando que los vendería como rosquillas.
Terminamos esta entrada diciendo que el netbook ya arranca en Windows con normalidad, tras haber reinstalado una copia de seguridad. Ponemos así fin al experimento, quedándonos con ganas de que Apple se decida.
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