He aquí una duda que suele aparecer cuando alguien gestiona una cuenta de correo que no pertenece a un servicio moderno como Gmail u Outlook, como por ejemplo la cuenta de una empresa privada: ¿qué protocolo utilizo, POP o IMAP? Si nunca te has enfrentado a la configuración de cuentas de correo a la antigua usanza, es posible que tengas esta duda a la hora de configurar Mail en el iPhone, iPad o Mac.
La respuesta no es fija y válida para todo el mundo. Hay muchos factores a tener en cuenta, y cada persona puede terminar prefiriendo un protocolo u otro dependiendo de cómo utilice ese correo. Miremos las diferencias, las ventajas y los inconvenientes de cada protocolo.
Mantener los correos en un servidor o descargarlos: esa es la cuestión
La gran mayoría de personas van a recomendarte el protocolo IMAP (Internet Message Access Protocol) para configurar tus cuentas de correo, por la sencilla razón de que es más moderno y lo más parecido a tener un correo al estilo "servicio en la nube". Tienes la bandeja de entrada y el resto de buzones del correo en un servidor (que tiene un tope de almacenamiento) y Mail se utiliza como un "terminal" para ver y usar esos correos.
Es la forma con la que muchas mentes creen que funcionan las cuentas de correo. Y aciertan, porque es el protocolo en el que se basan servicios amplísimamente utilizados como Gmail, Yahoo! Mail, Outlook Mail o el propio correo iCloud de Apple.
En cambio, el protocolo POP (Post Office Protocol) es más antiguo y se basa en un sistema más simple: los correos llegan al servidor, y el dispositivo donde tengas configurada la cuenta usando este protocolo se los descarga y los guarda localmente en el dispositivo. Una vez se los ha descargado, se borran del servidor. Éste sólo actúa como un "terminal de llegadas", almacenando temporalmente los nuevos correos hasta que te los descargues definitivamente en el dispositivo y los organices y almacenes localmente por tu cuenta.
Para usuarios sin necesidades específicas que simplemente necesiten una cuenta de correo personal, lo mejor es una cuenta IMAP. Puede consultarla desde varios dispositivos y siempre va a tener los mismos correos y buzones, ya que todo se gestiona desde la nube. Es una base mucho más fácil de entender para alguien que no tenga demasiada experiencia.
Sin embargo, no hay que descartar del todo las cuentas POP. Puede que sean útiles si por ejemplo quieres ahorrar espacio en el servidor, ya que los mensajes se borran en cuanto te los descargas. También pueden ser interesantes si sólo utilizas un dispositivo para mirar ese correo o si no quieres que los mensajes que recibas se guarden permanentemente de forma remota, ya que así lo descargas todo en un sitio y sin necesidad de tener conexión a la red para consultarlo.
Pero claro, no es aconsejable hacerlo si por ejemplo utilizas un iPhone con poco almacenamiento. Los mensajes que te vayas descargando con una cuenta POP se acumulan, y si sueles recibir archivos adjuntos en ellos puedes acabar saturando el dispositivo. Además, sólo hace falta que tengas otro terminal desde donde consultes el teléfono y ya surgen las complicaciones: los correos que te descargues en un dispositivo ya se borran del servidor y no se descargan en el otro.
Es muy usual que en cuentas corporativas privadas haya configuraciones especiales de esos protocolos por razones de seguridad: he visto en persona cómo por ejemplo en una empresa obligaban a todo el mundo a utilizar cuentas POP para no saturar el almacenaje de los servidores y permitiendo el envío de archivos de gran tamaño. Pero eso ya depende de cada empresa. Si es tu caso, lo mejor que puedes hacer es seguir los consejos e indicaciones del personal informático a cargo.
En resumen: lo mejor por omisión es IMAP, pero POP aún puede ser interesante en situaciones muy concretas en las que quieres subir el nivel de privacidad y te da igual perder comodidad entre sincronización de dispositivos. No olvides, por cierto, que siempre puedes configurar tus propios buzones locales desde Mail en tu Mac. En ellos puedes guardar los correos de todas las cuentas que quieras, usen el protocolo que usen.
Imagen | Sean Scoggins
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