Una pequeña caída y golpe en un punto crítico es suficiente para que la pantalla de nuestro iPhone o iPad termine como todos tememos, rota. En algunos casos, la mayoría, no es exactamente la pantalla sino que lo que estalla es el cristal. Por ello, aunque Gorilla Glass 3 ofrece una dureza buena parece ser que la pantalla de zafiro que introduciría el nuevo iPhone mejorará notablemente. Algo que esperemos también incluya el iPad.
Ayer conocíamos que Apple introducirá en breve la opción de cambio sólo de la pantalla del iPhone 5s en lugar de todo el dispositivo. Pero si sólo se nos rompe el cristal podemos cambiarlo, ahorrándonos algo. Claro que, ¿merece la pena? ¿es la mejor opción?
Cómo cambiar el cristal de un iPad mini retina
DIY: cambio cristal iPad mini, ¿merece la pena?
Cuando se me cayó el iPad mini viví esos segundos donde ves a cámara lenta cómo se golpea contra el suelo. No fue una caída desde una gran altura pero sí lo suficiente para dar en una esquina y hacer que el cristal estallase. Tras cogerlo pude comprobar que todo funcionaba perfectamente sólo que el cristal estaba estallado.
Por tanto, como no me agradaba la idea de usarlo con el cristal roto me puse a ver qué opciones de reparación tenía. La primera y oficial era llevarlo a una Apple Store, servicio técnico autorizado o tramitar el servicio de recogida y reparación a través de la página de soporte. El problema, el precio. Apple cobra una “tarifa plana” de 250 euros. Pagando dicho importe te sustituyen el iPad (por uno reacondicionado).
La opción no es mala pero no me interesaba, demasiado gasto para ser sólo el cristal lo defectuoso. Por tanto, pasamos a valorar otras opciones: el cambio de componente por parte de terceros. Aquí tenemos varios puntos que aclarar. El primero es que no son componentes originales. No suelen dar problemas pero, por ejemplo, el cristal no tiene la misma resistencia del original. La ventaja es que suele ser una opción de reparación que cuesta entorno a los 100–150 euros, un ahorro importante frente a la de Apple.
Pero aún así seguía sin convencerme. Y claro, como reconozco que esto de cacharrear siempre me ha gustado me decidí a realizar yo mismo el cambio. Así podría valorar la experiencia, el resultado y el ahorro.
El proceso de cambio, como podéis ver en el vídeo superior, no es excesivamente complicado. Requiere algo de paciencia el despegar el cristal para poder acceder al interior del iPad y poder sustituirlo. Pero no es lo más complicado. El punto que más inseguridad genera es cuando debemos quitar las cintas adhesivas que sujetan la pantalla. Ahí sí que pensé en más de una ocasión que terminaría cortando o rompiendo algo. Pero con cuidado se logra.
En unos 35 minutos conseguía quitar el cristal estallado, desmontar el panel LCD para conectar el cable del nuevo cristal donde se integra el chip del digitalizador (es importante comprar cristal con chip IC o nos tocará soldar y eso sí complica más la reparación), volver a colocar los adhesivos de doble cara y terminar cerrando el iPad con el nuevo cristal.
Ahora, ¿merece la pena? Si sois habilidosos y no os da miedo, lo cierto es que por unos 50€ cambiáis vosotros mismo el cristal. Así que sí merece la pena. Claro que no es una opción perfecta. El cristal es un poco menos resistente por lo que las posibilidades de que se rompa con un mismo golpe que el original resistiría aumentan. También es cierto que, en mi caso, parece ser que no es tan limpio que el original. Puede que sea una apreciación personal pero noto que las huellas se quedan más.
Pero bueno, si comparamos los 250 euros que Apple presupuesta con el importe invertido creo que puedo pasar por alto algunos detalles. Pero si no quieres problemas y hay más daños (carcasa golpeada, panel LCD estallado,…) o simplemente el coste del componente a sustituir es muy cercano al precio que da Apple, entonces no está nada mal su solución oficial. En este caso sí merece la pena, ahora sólo espero que no se vuelva a romper.
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