Trabajar desde casa y tener unos cuantos dispositivos conectados al Wi-Fi puede ser un auténtico drama. Y da igual la tarifa de fibra que se tenga contratada. Hasta hace un tiempo, era habitual que notase problemas de conexión en mi iPhone o MacBook, especialmente en el primero, ya que era habitual que el Wi-Fi se volviese lento en mi iPhone.
Sin embargo, acabé cayendo en algo que ahora me resulta tremendamente obvio y que antes no. Y estoy seguro de que no soy el único. Se trata en esencia de 'jugar' con las conexiones. No literalmente, sino ir alternándolas con cierto sentido dependiendo del dispositivo que esté usando.
Las redes de 5 GHz no son siempre la mejor opción
La llegada hace unos años de las redes Wi-Fi de 2,4 GHz y 5 GHz supuso una auténtica bendición, pero también un problema. Siempre hemos sabido que la red de 5 GHz ofrecían una mayor velocidad y menos interferencias. Es por eso por lo que yo, como muchos, he tendido a priorizar estas redes en mis conexiones.
El problema es que llegó un punto en el que prácticamente todos mis aparatos estaban conectados a esta red. Desde mi iPhone y mis dos ordenadores Mac, hasta otros dispositivos como el televisor. Esto hizo que la saturación de la red de 5 GHz fuese evidente.
Porque aparte de estar saturada, las redes de 5 GHz tienen algunos inconvenientes que no se han terminado por solventar. Véase por ejemplo que tiene un menor alcance o cómo elementos como las paredes pueden ser un obstáculo para su expansión.
Aunque lo que me hizo darme cuenta de ello fue que algunos dispositivos sólo permiten conexiones de 2,4 GHz. Esto lo recordé cuando compré una aspiradora inteligente y al configurarla me di cuenta que sólo admitía conexión a esta red. Lo mismo sucede con mis bombillas inteligentes y otros accesorios domóticos (y me sucede tanto en los que funcionan con Siri como con Alexa).
¿Qué hice entonces? Pues darle prioridades a ciertos dispositivos. Por ejemplo, el MacBook me interesaba que estuviese en la red de 5 GHz, dado que trabajo desde casa y este es el epicentro de mi rutina diaria, por lo que me convenía darle la mayor velocidad teniendo en cuenta que tenía además una buena cobertura.
Para el iPhone también lo mantuve. No es tan esencial como el MacBook para mi trabajo, pero también es al final una herramienta más y que también aprovecho para mi ocio, por lo que tener una mayor velocidad no fue un problema. Después dejé un montón de aparatos en la red de 2,4 GHz, en concreto aquellos que no utilizo tanto o cuyo requerimiento de velocidad es mucho menor.
Como curiosidad, decir que incluí en la de 2,4 GHz el televisor inteligente. Para mi sorpresa, ni las interferencias habituales de estas redes, ni la menor velocidad fue un problema. Puedo consumir contenido en streaming a máxima resolución y sin tirones.
Aparte, para evitar saturar cualquiera de las redes, lo que hago es configurar sólo las redes a las que quiero conectarme en cada aparato. En mi iPhone y Mac entré en los ajustes de Wi-Fi para desactivar la opción 'Conexión automática' en la de 2,4 GHz y así evitar que le diese algún tipo de prioridad, mientras que en los otros dispositivos hice lo propio, pero con la de 5 GHz.
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