Flappy Bird no triunfó por su calidad gráfica, ni por la actitud de su desarrollador. Nada de eso. Fue una avalancha debido a su jugabilidad y sobretodo a su dificultad, que provocó una adicción casi insana en millones de personas. Ahora es otro juego el que quiere conseguir lo mismo: Snow Roll.
La combinación vuelve a ser la misma que Flappy Bird o Swing Copters: se aprende a jugar en segundos, pero es extremadamente difícil aprender a dominar el juego. En este caso nuestra misión es ayudar a un pingüino sobre una bola de nieve a esquivar todos los obstáculos que se encuentre en el camino. Sin frenar, claro.
Tras probarlo durante un rato tengo que decir que he tenido que dejarlo por frustración, como ya me ocurrió con Flappy Birds. La bola de nieve se mueve muy rápido, y para hacer las cosas difíciles todos los puntos en los que hemos chocado se convierten en obstáculos para futuras partidas de forma temporal.
Como en todos los juegos free-to-play, hay opciones del juego a las que sólo se puede acceder alcanzando ciertos logros (en este caso monedas) o pagando 3,99 euros para desbloquearlo todo. Podemos, por ejemplo, personalizar la bola de nieve sobre la que rodamos y convertirla en una sandía o un mapamundi.
¿Triunfará? Lo no sé. Pero yo ya me he obligado a mí mismo no usarlo durante un tiempo prudencial para el bien de mi temperamento. Lo tenéis en la App Store, optimizado para las pantallas de todos los terminales iOS.
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