Apple ha enviado un comunicado escueto pero claro a la comunidad de desarrolladores: las aplicaciones de iOS tienen que ser capaces de trabajar en un entorno de 64 bits antes del próximo febrero. Las que no lo hagan seguirán pudiendo estar en la App Store, pero sin derecho a actualizarse hasta que no hagan esa transición.
iOS utiliza un entorno de 64 bits desde la llegada del procesador A7, presente en el iPhone 5S. Ése y los A8 y A8X que hay dentro de los iPhone y iPad más recientes son perfectamente compatibles con las aplicaciones diseñadas para entornos de 32 bits, pero para que funcionen iOS tiene que ejecutar una capa de compatibilidad que hace mella en en rendimiento del dispositivo.
Así, por el bien de los benchmarks que haremos en un futuro de los iPhone, Apple ha decidido que las aplicaciones para entornos de 32 bits no pueden ir más allá. Renovarse o morir, y desde luego una aplicación para iOS no es ni mucho menos lo que era hace dos años. Las cosas han cambiado muchísimo. Desarrolladores, más vale que os vayáis acostumbrando a Xcode 6.
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