La novedad de iOS 15 que más me interesó cuando el sistema se lanzó el año pasado fueron sin duda los modos de concentración. Para mí representaban una señal de que Apple se había dado cuenta de los efectos nocivos de estar constantemente pegados a la pantalla de nuestros dispositivos y consultar las redes sociales y las notificaciones de forma excesiva. Lo agradecí mucho, aunque como conté en su día dejé de usarlas en favor de la simplicidad.
Meses más tarde me he acostumbrado a una configuración muy específica para mis notificaciones, pero aún así sigo pensando que los modos de concentración pueden ayudar a muchas personas. Y es por eso que es algo que creo que debería servir como base para más mejoras en iOS 16.
Hay que reparar el daño que algunas aplicaciones han hecho a nuestra atención
De iOS 16 sabemos ya algunas cosas gracias a los rumores: widgets interactivos, nuevas aplicaciones, mejoras en las notificaciones... Pero lógicamente veremos mucho más en la WWDC 2022, y mientras esperamos mis compañeros ya han lanzado sus propias peticiones. Como Eduardo Archanco, que le pide a iOS 16 y al iPhone 14 una pantalla siempre encendida.
Por mi parte, insisto en que lo que hay que mejorar (y parece que ocurrirá) son los modos de concentración. Apple puso la primera piedra de algo tan útil como urgente con estos modos en iOS 15: evitar que consultar el iPhone se convierta en algo adictivo. Y aquí aún queda mucho trabajo por hacer.
Algo que creo adecuado es añadir una sección de salud mental en la aplicación Salud, en la que se te informe de la cantidad de minutos o horas que has pasado consultando redes sociales. Un gráfico de evolución puede informarte de ese consumo, y se te podrían proponer consejos para reducir el uso compulsivo para que a largo plazo tu concentración mejore.
Los modos de concentración también podrían mejorar permitiéndote varias instancias de una misma aplicación, para aquellos que por ejemplo utilicen WhatsApp tanto en lo personal como en lo profesional. Sería un modo de separar la lista de conversaciones, aunque eso plantea dificultades ya que supone pedirle más trabajo a los desarrolladores de terceros.
En cuanto a las notificaciones, se podría dar un giro de 180 grados y empezar siempre con todas las notificaciones silenciadas excepto las llamadas y los SMS. Que en vez de ponernos a silenciar las notificaciones que no queramos, lo hagamos al revés y activemos aquellas que queremos recibir. Podría ser una opción para quien busca la mínima cantidad de interrupciones.
Por último, Apple no haría mal en simplificar algunas acciones. Los modos de concentración han hecho que activar el modo No Molestar desde el Apple Watch suponga tres toques en la pantalla en vez de uno. Asegurarse de subir o bajar el volumen general o de los sonidos del sistema es confuso, y una diferenciación simple de esos volúmenes en la interfaz lo solucionará bastante bien.
En resumen, iOS 16 tiene una oportunidad para reforzar no sólo la privacidad, si no también las medidas para que no perdamos la mente procrastinando en el móvil. Las redes sociales, el ansia de la multitarea y los algoritmos están provocando problemas para la salud mental, con lo que a la larga sería un beneficio para todos.
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