Steve Jobs tiene muchas fotografías icónicas. Sosteniendo el primer iPhone, mostrándole el dedo índice a IBM, sentado en el suelo de su casa completamente vacía... Cada una de estas fotografías tiene una historia, aunque no todas esas historias son agradables.
El mejor ejemplo lo tienes con la fotografía que puedes ver en la cabecera: un sonriente Steve Jobs, sentado y sosteniendo en su regazo un iMac recién presentado a la sociedad. Puede que Jobs parezca satisfecho y entusiasmado en esa fotografía, pero en realidad estaba muy enfadado.
Con ese fotógrafo no, y con el otro ya veremos
Después de presentar los primeros iMac, Steve Jobs tenía que someterse a una sesión de fotografías para enmarcar el hito en la revista Newsweek. Y como todo lo que quería hacer Jobs, las fotografías tenían que salir perfectas. Absolutamente sin fallos. Y el CEO de Apple supo que la sesión no iba a acabar bien cuando vio al fotógrafo que tenía que hacer el trabajo.
Dicho fotógrafo era el mismo que ya trabajó con Steve Jobs en una sesión que hizo sobre la empresa NeXT, sesión que no gustó nada al ejecutivo. Así que cuando Steve vio que iban a usar al mismo profesional, "estalló" negándose a hacerse las fotografías. Ni siquiera las súplicas de todo el equipo a su alrededor le convencieron para seguir.
La tozudería de Jobs llevó al equipo a contratar otro fotógrafo: Moshe Brakha. Un profesional con experiencia fotografiando a celebridades, pero que jamás había conocido al CEO de Apple. Así que éste también empezó a tener dudas, pero finalmente aceptó a regañadientes.
Por suerte, Brakha supo hacer bien su trabajo y Jobs "detectó que estaba en la presencia de un compañero artista". Se le pidió que se sentara en el suelo y sostuviera el iMac en su regazo y salió una de las fotografías de Jobs que han hecho historia.
Puede que si el fotógrafo original (cuyo nombre no se conoce) hubiera acabado haciendo la sesión, hubiera salido una imagen muy diferente independientemente de si hubiera sido buena o mala. Jobs tenía un carácter complicado, y eso es algo que sabían todos los que llegaron a trabajar a su alrededor en algún momento.
Imagen | Ailbhe Flynn
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