Piénsalo por un momento: muchos de los espectadores que asistimos al nacimiento del primer iPhone nos quedamos atónitos —no quiero ni imaginar algo similar con el Apple II—. Aquello no era para tanto, decían: escasa memoria, componentes de dudosa calidad... Algunos dijimos que aquel invento no era para nosotros, bien por su elevado precio, bien por su escasa disponibilidad. Otros aseguraban la revolución, que el iPhone cambiaba la forma en la que interactuabas con la tecnología, que terraformaba el hogar donde llegaba, porque ya no tendrías que usar (casi) nada más.
Pero ese tren ya pasó y cuando quisimos intentarlo ya era demasiado tarde: estaban agotados, o descatalogados, o con precios inflados, propios del mercado de coleccionistas. Es fácil comprar y, a toro pasado, quejarse de la decisión tomada. La redacción de Applesfera también se arrepiente de algunas compras.
Pero, ¿qué hubiese sido de haber comprado algún producto que simplemente pasó fuera de nuestro radar? ¿Cuánto hubiese modificado nuestro entorno de trabajo o nuestro ocio? Estos son los productos que nos arrepentimos de no haber comprado en su día.
El producto de David Bernal Raspall que llegó tarde
Vamos con ese producto que David quiso pero no terminó adquiriendo. "En su momento no tenía una setup en la que encajara bien el HomePod, que yo pretendía utilizar sobre todo con el televisor. Pasó el tiempo hasta que, ya con la setup lista, empecé a pensar en esperar a la segunda generación del altavoz, pero nunca llegaba. Es cierto que desde su lanzamiento he disfrutado de todo lo que aporta el HomePod mini, pero no es ahora, hasta que he escuchado el HomePod 2 que me he dado cuenta de que, el mejor momento para comprar un producto de Apple es cuando lo necesitas".
La compra de Miguel López que nunca fue
"Me encanta mi iPhone 13 Pro Max, sin ninguna duda, pero poco a poco comprendo que habría sido mejor idea comprarme un Phone 13 mini. Sobre todo ahora que sabemos que ese tamaño acabará por desaparecer. Mi idea es intentar depender lo menos posible del iPhone, buscando dejar de consultar tanto las redes sociales para ello. La pantalla del iPhone 13 mini habría sido estupenda para este fin. Habría perdido autonomía, pero puede que habría conseguido una interacción más sana con el dispositivo. Y más ligera, desde luego". Libertad por autonomía.
La espinita de Javier Lacort
Lacort se acuerda de uno de los proyectos más sugerentes de Apple, uno que llevaba gestándose desde los años 90, para alimentar su infraestructura de red:
"Mi espina clavada con Apple es no haber dedicado ya no el dinero, sino el tiempo, a montar una red doméstica usando algunos AirPort. Hubo una época en la que vivía solo en una casa que tenía hasta preinstalación de hilo musical, podría haber utilizado incluso AirPlay con unos pocos ajustes, pero fui posponiendo aquello por pereza y el tren se me pasó. Poco después, Apple descontinuó los AirPort y dejó la conectividad doméstica en manos de terceros. Mi idea se evaporó y dejé de vivir en aquella casa que hubiera sido un poco mejor si me hubiese animado con la instalación".
El producto que Christian Ruiz debió comprar
"Me encantan los compactos. Poder escribir o manejar un móvil con una sola mano me parece una sensación maravillosa, por eso compré en su momento el iPhone 12 mini. Era consciente de la justa batería y de una pantalla mucho más reducida, pero aún así quería apostar por este modelo en lugar del 13 mini, pensando en un ahorro económico y que no iba a notar diferencias en prestaciones.
La experiencia ha sido de sentimientos encontrados. Por una parte, es espectacular el poder disfrutar de todo lo que ofrece un iPhone en un tamaño mucho más reducido. Tampoco se echa de menos mucha más pantalla, teniendo en cuenta que estoy rodeado de portátiles, monitores o tablets. Sin embargo, el punto negro viene con la batería, que no pensaba lo desesperante que podía ser si estoy un día entero fuera de casa. Ahora que echo la vista atrás, sin duda habría dado el paso al iPhone 13 mini, porque con ese extra de inversión llegaría más aliviado al final del día".
La opinión de Jesús Quesada
Pero no todo van a ser anhelos y melancolías. Nuestro editor especialista en ecommerce más bien se arrepiente de una compra: "La verdad es que no me arrepiento de no haber comprado alguno en su momento. Me arrepiento de haber comprado los AirPods Pro 2 porque desde su lanzamiento tienen un problema de drenaje de la batería brutal y Apple no hace nada. De hecho, mañana recogen los míos para llevárselos al soporte, pero viendo la experiencia de otros usuarios, me van a decir que están bien".
El producto que siempre quise tener
Y me despido yo mismo, el que firma el artículo. Si soy sincero, hay pocas espinitas clavadas. De hecho, lo tuve muy claro desde el principio: "quiero un iPod", dije en cuanto lo vi. Vitaminado con iTunes, aquello era el Santo Grial de los melómanos. Y para allá que se fue mi primer sueldo, ahorrando para un iPod Classic que aún hoy conservo, grabado con el mismo nombre de usuario que todavía uso en redes sociales. Mis viajes en el tren y las horas y horas camino al trabajo serían algo totalmente distinto. No concibo aquellos años sin ese recuerdo.
Sin embargo, todavía tiempo sabiendo que Apple fabricó el mejor reloj inteligente en aquel momento, un 24 de abril de 2015, y yo decidí que no lo quería. Hablo del primer Apple Watch. Curiosamente, el primer Watch no vendió lo esperado, pero dejó una huella por su buen rendimiento y calidad. Desde entonces he saltado de un smartwatch a otro, todos por debajo de mis expectativas, hasta que he llegado al Apple Watch Ultra y he podido asentir sabiendo que, efectivamente, "era eso" lo que quería.
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