Aunque Apple se esfuerza bastante en fabricar equipos cada vez más resistentes (una de las ventajas del unibody, el diseño de una sola pieza de aluminio) e incorporar toda clase de mecanismos para garantizar su integridad (como el sensor de movimiento o el conector magnético MagSafe), lo cierto es que en ocasiones es imposible evitar un fatídico destino.
Eso es lo que debe de estar pensando para consolarse el pobre y desdichado propietario del MacBook Air que aparece en la imagen, víctima de la demostración involuntaria de que un autobús sigue pudiendo aplastar sin piedad un portátil por mucho que nos gastemos 1349 euros (en el mejor de los casos) en él.
Eh, pero no todo está perdido. Aunque resulte sorprendente, parece que el Air sigue "funcionando" aunque me temo que "haciendo algo" sería la expresión más adecuada. Hay cosas que le parten a uno el corazón.
Ver 27 comentarios