En España no estamos acostumbrados a eso, pero en los Estados Unidos están muy acostumbrados a que los mensajeros dejen los paquetes justo delante de la puerta de casa cuando no haya nadie para recogerlo. Y eso, lamentablemente, hace que los ladrones entren en los jardines y lo tengan muy fácil para llevarse el paquete.
Y claro, cuando lo que el mensajero te trae algo de valor como un HomePod, no hace demasiada gracia que el paquete desaparezca justo delante de tu puerta. Es lo que le ocurrió a Mark Rober, ex-ingeniero de la NASA, así que tras hartarse de "desapariciones" quiso vengarse aprovechando la atracción que causa la caja de un producto nuevo de Apple.
El cazador, cazado
El resultado nos ha dejado sin palabras:
Lo que ha hecho Rober ha sido sustituir el interior de la caja de un HomePod por una "bomba" de purpurina y gases fétidos, equipada con cuatro smartphones Android (irónico, lo sé) que graban a la víctima y además informan de la posición de la caja. En vez de un HomePod, el ladrón recibe una dosis de purpurina que tardará días en desaparecer mezclada de un olor nauseabundo.
Ya sabéis: si habéis detectado algún problema similar de robos de paquetes en vuestro vecindario, podéis probar a montar algo similar. Tened paciencia, ya que Rober tardó unos seis meses en acabar de construir esta trampa. No es algo que se pueda hacer en dos o tres tardes.
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