Probablemente algunos de vosotros ya no entendéis la vida sin móvil, pero para alguien como yo que ya pasa de los cuarenta esto no siempre ha sido familiar. Eso significa que he vivido todas las épocas: pasar de no tener móvil en el día a día a comenzar a incorporarlo. Hasta la llegada de los teléfonos inteligentes, los primeros móviles no los llevábamos siempre encima. "Solo para emergencias", decíamos al principio. Pero también para enviar mensajes SMS, la "killer feature" de aquella época.
Antes de los smartphones, era difícil ver un teléfono en la playa: ahora es raro no llevarlo... pero hay que tomar precauciones
Estos primeros móviles no los solíamos llevar a la playa. Algunos eran pesados, se estropeaban con facilidad y realmente, no nos servían para nada mientras estábamos allí. Sólo quizás si esperábamos alguna llamada importante o si después lo pensábamos usar. Fue cuando llegó el iPhone - en mi caso, mi primer smartphone - cuando te empezabas a plantear como usarlo en situaciones cotidianas donde antes no llevabas un dispositivo así. A los que habéis crecido en la era post-smartphone os costará entenderlo. Me refiero a situaciones como "¿Entro el móvil a clase o no? ¿Y a la playa?".
Me interesa hablar de la última pregunta: obviamente los teléfonos con SMS no iban a ser de gran utilidad, pero con la llegada del iPhone, navegar por Internet (a la Internet de verdad, no a la "baby internet" del WAP), jugar a juegos, hacer videoconferencias o tomar la obligada foto de nuestras piernas sobre la arena ("BEACH MOOD!") hace que nuestro teléfono ya nos acompañe hasta en un sitio que clásicamente ha sido tan adverso para la tecnología como la que llevan estos productos.
De playas y renovaciones
Os juro que he visto de todo en las playas. Desde guardar el teléfono envuelto junto al bocadillo, meterlo en una funda donde los hielos y la nevera, a enterrarlo dentro de una cápsula bajo la toalla. Sea como sea, yo quiero seguir disfrutando de mi iPhone en la playa, de hecho en mi Instagram subí alguna historia desde el mar - con fotos que hice desde dentro del agua. A algunos casi les explota la cabeza con esto.
Hoy en día, los iPhone 13 Pro Max tienen una resistencia a las salpicaduras, agua y polvo con calificación IP68 y se pueden sumergir hasta 6 metros de profundidad hasta un máximo de 30 minutos. Hemos visto algún caso extremo en el que incluso aguanta algo más. El mar es un ambiente más delicado por la arena y por el agua salada, pero mi respuesta y el uso que yo le doy - si se moja - es siempre el mismo: inmediatamente al salir del mar, lavarlo con agua dulce (de la ducha de la playa, por ejemplo). Todos mis iPhone desde el iPhone 7 han sobrevivido a mis veranos.
Por supuesto, llevándolos bien protegidos y cuidándolos dentro de estuches o fundas especialmente pensadas para la playa, a ser posible estancas. Eduardo Archanco se lleva las manos a la cabeza cuando se lo cuento esta semana - normal - y además aprovechamos para hablar de Gurmanesfera, el HomePod que se resiste a morir y la cantidad de novedades que nos llegarán después del verano. También de iOS 16, el análisis del MacBook Pro M2, formas de organizarnos con el iPhone y por qué programar es un ejercicio increíble para cualquier persona.
Mucho más en el nuevo episodio de esta semana: puedes escuchar Las Charlas de Applesfera desde tu app favorita de podcasts, como Apple Podcasts, iVoox o Spotify. Si quieres participar en la grabación en directo, todos los martes estamos en el canal de Webedia de Twitch, elstream, a las 18:30 (hora española peninsular).
Imagen de portada | Foto de Andrea Piacquadio
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