Aunque un Mac Mini puede resultar un equipo a priori mucho más “caro” que un iMac, el asumir la compra de una pantalla externa más teclado y ratón supone una suma similar a la de comprar un iMac de gama baja, lo cierto es que a la larga puede que le saques mucho más provecho a un Mac mini en tema de actualizaciones que a uno de los actuales iMacs.
El Mac mini es una compra a futuro, mientras que el imac es un equipo cerrado
Y es que los últimos cambios introducidos en el iMac del 2012 es que se ha convertido casi en la compra de un portátil. Esto significa que tienes que tener muy claro que quieres, y que esperas de tu ordenador, a largo plazo antes de realizar la compra del mismo.
Mientras que en el modelo de 27 pulgadas aún podemos modificar la memoria RAM del mismo, como te mostramos en nuestro análisis del equipo, en el modelo de 21 pulgadas (y el que la mayoría de los mortales nos podemos permitir) no incluye ninguna de estas opciones por lo que las limitaciones son bastante altas.
Algunas personas pensarán también que cuando hablamos de almacenamiento el iMac podría ganar dicha comparativa, pero los últimos modelos de iMac usan discos de 2.5 pulgadas y 5400rpm, es decir, discos idénticos a los que lleva el Mac mini.
Si hablamos simplemente de ampliaciones hay algunos detalle del mini que resultan muy interesantes:
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Sin ni siquiera abrir nuestro Mac mini tenemos un par de extras interesantes, y muy útiles, en este ordenador. La más importante son las conexiones extras que ofrece respecto al iMac, un puerto Firewire 800 y un puerto HDMI. Dos detalles que pueden no resultar imprescindibles para todos, pero que resultan muy útiles.
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Sorpresa: puedes cambiar la memoria RAM tú mismo. Pues si, algo que Apple había integrado en todos los modelos de iMac desde su salida (incluso en algunos modelos podías ampliar funciones como añadir una tarjeta Airport de forma simple. Aunque únicamente cuenta con dos slots de acceso, siempre es mejor eso que nada como en el caso del iMac de nueva generación.
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Repara tu disco duro. Si tienes un problema con tu nuevo iMac, tengo malas noticias para ti: no lo abras en casa. No tiene ningún sentido hacerlo puesto que la pantalla esta literalmente pegada al frame del equipo, por lo que una vez despegadas deberás de hacer uso de los recambios de pegamento oficiales (que evidentemente no se venden) para poder volver a colocar la pantalla en su posición original. En el Mac mini no es extremadamente sencillo, pero al menos se puede hacer con únicamente un poco de paciencia.
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SorpresaX2. Calla, que aún tenemos una sorpresa extra. Mientras que en el iMac únicamente podemos instalar un disco duro, y por lo tanto deberemos pensar que tamaño de disco queremos con antelación, en el Mac mini no sólo contamos con un sencillo acceso al disco original para ampliarlo, también contamos con espacio de sobra para instalar un segundo disco duro. ¿Quién dijo problemas de espacio?
¿Aún tienes alguna duda de que el Mac mini es en general un equipo mucho más duradero que el iMac? Aunque en realidad todo depende de lo que esperemos de nuestro ordenador. Mientras que el iMac incluye gráficas dedicadas, e incluso algunas bastante potentes, en el mini únicamente podremos hacer uso de la gráfica integrada de Intel. Suficiente para tareas cotidianas, pero no apta para renderizados, juegos o cualquier utilidad que requiera de un uso intensivo de la tarjeta gráfica.
Otro detalle a tener en cuenta es que los procesadores del Mac mini suelen estar por lo general por debajo de los integrados en el iMac.
En definitiva, el iMac es un equipo más potente a corto plazo pero a cambio similar a un portátil en lo que a ampliaciones se refiere, especialmente el último modelo, por lo que deberemos de pensarnos dos veces que opciones queremos añadir a nuestro equipo. Aunque si no requieres los extras del iMac, siempre puedes comprar un mini y asegurarte de que en un par de años le añades un par de discos SSD rápidos y amplias su memoria RAM al máximo.
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